

Conversando a fondo
Y en cuanto a la formación docente, exige desarrollar
todo un trabajo para la evaluación formativa de los
estudiantes, que esta entregue una retroalimentación
en pro del aprendizaje, más allá de una nota o de un
puntaje, de clasificar o ranquear a los estudiantes.
El objetivo es dar retroalimentación para promover
aprendizajes.
Es esencial que entendamos la profesión docente
como un espacio de expertos, experimentación e
innovación pedagógica. En el modelo actual, eso
está muy restringido, basta ver lo que ocurre con
la Jornada Escolar Completa (JEC), que ha estado
dominada por el Simce. Cuando se descomprime
eso, hay mayores espacios para el sentido real de la
JEC en términos de innovación pedagógica, trabajo
en equipo y diseño de talleres. Allí se pueden trabajar
temas relacionados con el medioambiente o lo que
les parezca relevante a esa comunidad. Recuerdo a
una escuela que tenía dos niños sordos y lo que le
importaba a la escuela era cómo aprender lenguaje
de señas, en vez de que los niños se tuvieran que
adecuar al mundo oyente.
¿Y qué tiene que pasar con las instituciones que
aplican el Simce y entregan soporte educacional?
A nivel de la Agencia de Calidad de la Educación
tiene que haber un cambio institucional, porque
ahora hay una separación entre la evaluación y la
asesoría. El sistema de aseguramiento de la calidad
de Suecia es interesante porque ellos tienen al
“Inspector”, que es como si estuvieran juntos la
supervisión del Ministerio de Educación con la del
Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e
Investigaciones Pedagógicas (CPEIP). Es un sistema
que consiste en ir a supervisar a las escuelas, entrar al
aula, evaluar el trabajo que se hace y, además, ver los
planes de capacitación y formación continua.
Hoy en día, en Chile los modelos de
acompañamiento y evaluación y de mejora están
separados y fragmentados. Por un lado, tenemos
la supervisión del ministerio, que tiene un enfoque
más burocrático, de bajar la política, más relacionada
con el director. Por otro lado, está el Simce. Además,
están las visitas de la Agencia y creo que eso se
podría rescatar, porque lo interesante es que entran al
aula, hacen una evaluación muy completa, y hablan
con las familias, los directores y los estudiantes.
El problema es que después todo eso se queda
ahí. Y, por otro lado, están las ATE, y por otro, el
CPEIP. Habría que hacer una mejor articulación o
un rediseño para superar esta fragmentación que
tenemos a nivel institucional.
Fuente: Banco de Imagen
Revista de Educación
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