

Necesitan a alguien que las empuje a seguir
mejorando…
Sí, y también se necesita liberar la carga negativa que
hay en el uso de los resultados de los estudiantes.
Muchas veces sucede que los resultados de
aprendizaje se terminan convirtiendo en un problema
para la escuela, en una amenaza, cuando esos datos
se podrían utilizar para generar reflexión, innovación,
cambios que apunten hacia la mejora. Otro cambio
que se necesita tiene que ver con darles tiempo
suficiente para generar las estructuras y estrategias
necesarias para aprender a mejorar, independiente
del nivel en el que se encuentren.
¿Hay alguna forma de hacer que el Simce no
tenga consecuencias en la dinámica diaria de los
colegios?
Tal como existe hoy en día, no, porque tiene toda una
rendición de cuentas, pero no solamente en cuanto
a las categorías de desempeño. El Simce también
está muy amarrado a incentivos monetarios y a un
montón de otras cosas que lo convierten en un
instrumento de altas consecuencias. Por lo mismo, es
muy difícil para los profesores y las profesoras utilizar
esa información con sus cursos para hacer cambios
en la manera como están trabajando. Y por otro lado,
también sucede que la información que entrega el
Simce es parcial: es un promedio de un curso, que
se informa muchos meses después de que se tomó
la prueba y no permite tomar decisiones de manera
oportuna. No entrega información específica.
Entonces, una evaluación estandarizada puede
tener consecuencias positivas solo si no tiene el
peso negativo y la amenaza que tiene el Simce hoy
en día. Un buen ejemplo de eso es el Diagnóstico
Integral de Aprendizajes (DIA), que sí permite entregar
información rápida, oportuna y sin consecuencias,
y que muestra una foto a los colegios para tomar
decisiones, reflexionar, pensar y cambiar sus prácticas.
Política Educativa
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