

“Para el cambio de paradigma es fun-
damental cambiar el modelo de eva-
luación”
¿El nuevo modelo de evaluación del que habla
forma parte del cambio de paradigma que
promueve el Mineduc?
Claro, implica todo un cambio de paradigma, por
eso siempre es tan álgido el debate respecto de la
evaluación, porque donde pongas la evaluación es
hacia dónde se mueven las piezas. Lamentablemente,
en estas décadas ha sido tan fuerte la presión de
cumplir con las metas del Simce que se ha reducido
la formación. Me acuerdo que unos años atrás
alguien decía: “si se saca el Simce, es como quitarle a
un piloto su carta o ruta de navegación” y eso es un
error porque nuestra carta de navegación debe ser el
currículum, no el Simce.
El currículum actual tiene tremendas tareas por
delante, pero como se pensó que la carta de
navegación era cumplir con las metas Simce, se
redujo. No responde a las enormes necesidades
que los ciudadanos comunes vemos que requieren
los jóvenes hoy en día, en términos de convivencia,
habilidades socioemocionales o comprensión
lectora en internet. Los desafíos son grandes y lo
que nos ofrecía formativamente este modelo de
evaluación quedó chico. Por lo tanto, creo que es
muy importante cambiarlo y hacerlo coherente a este
nuevo paradigma.
¿Qué efectos tuvo la pandemia en el actual
modelo evaluativo?
Creo que es súper importante que se haya
suspendido el Simce en estos años. Las urgencias
y prioridades han sido otras. Las entrevistas que
hemos hecho en las escuelas nos han mostrado que
ya estaban sobrecargadas con las exigencias de la
educación a distancia y ahora con los problemas de
convivencia y salud mental, entonces se ha evaluado
muy positivamente esta suspensión.
Además, la pandemia propició reflexiones y
dudas sobre esta evaluación: ¿Cómo generar una
evaluación justa con estudiantes que no tienen tanto
apoyo como otros? ¿Cómo hago una evaluación
que tenga sentido, que sirva, entendiendo que hay
niños que a lo mejor no tienen apoyo en la casa y
otros que sí, que unos tienen mejor conexión y otros
no? La lógica de los puntajes, de la clasificación, de
usar notas perdió sentido, y es que lo esencial de la
evaluación es retroalimentar para el aprendizaje, para
seguir planificando mis próximas clases y unidades
pedagógicas.
Finalmente, ¿qué opinión le merece el último
fallo del CNED respecto del Simce? Este año se
suspenderá esta evaluación en 2°, 6° y 8° básico
en todas las áreas, y en II medio en Ciencias
Naturales, pero se realizará de manera censal -y
no muestral- en 4° básico y II medio en Lectura y
Matemática.
Me parece mal. Se perdió la oportunidad de
mantenerla suspendida, de hacerla muestral para
darnos la oportunidad de reformar el modelo y abrir
paso a uno nuevo que sea coherente con estos
principios: una evaluación para el aprendizaje. Lo que
sí es destacable es que, de todas maneras, el fallo
señala que no se puede asociar el Simce a sanciones.
Eso es crucial.
Desde mi punto de vista, es un error político asociar
el aprendizaje o los resultados estandarizados de
un niño a sanciones o premios. Ya sabemos que
el aprendizaje es multifactorial. Entonces diría que
se perdió una oportunidad, pero hay que valorar lo
que se está haciendo, que es disminuir el número
de pruebas y no asociarlo a sanciones. Porque
realmente lo que no debe pasar nunca más es
asociar los resultados de una prueba al cierre de un
establecimiento o a un bono para los profesores.
“Me acuerdo que unos años
atrás alguien decía: “si se saca
el Simce, es como un piloto sin
su carta o ruta de navegación”.
Eso es un error porque nuestra
carta de navegación debe ser el
currículum, no el Simce. Y un
currículum desafiante”.
Conversando a fondo
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