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Revista de Educación •
Zona pedagógica
Escuela Industrial San Antonio
A la vanguardia del
“suprarreciclaje”
Gracias al apoyo de la Fundación Todos Somos 1, hoy la Escuela Industrial
San Antonio (EISA) cuenta con tres máquinas para reciclar el plástico y crear
nuevos productos como mesas, sillas y planchas para recubrir paredes. Con
esta innovación, esperan poder ir en ayuda de aquellas familias que más lo
necesitan, pues en el puerto de San Antonio hay una cantidad excesiva de
terrenos tomados y la gente que vive allí lo hace en condiciones muy precarias.
Asimismo, renovarán por completo dos de las fachadas exteriores del
establecimiento, utilizando plásticos 100% reciclados.
¿S
abía usted que algunos modelos de autos
de lujo cuentan en su interior con tapicerías
hechas con fibras procedentes de plástico
industrial reciclado, restos de tejidos de fabricantes de
productos textiles, incluso redes de pesca de la industria
agrícola y aquellas abandonadas en el mar?
¿O que Coexpan, una de las empresas líderes en el
mundo en sistemas de envasado de alimentos y socia de
la Asociación Gremial de Industriales del Plástico (ASIPLA),
este año tuvo éxito en las pruebas para incorporar
poliestireno 100% reciclado en envases de yogurt?
No son casos excepcionales. Ésa es la tendencia
mundial en los rubros más variados. Y en Chile poco a
poco vamos recorriendo el mismo camino. Solo a modo
de ejemplo, recientemente se instaló en el balneario de
Pichilemu, en la Región de O’Higgins, una pasarela retráctil
fabricada a partir de plástico reciclado, que facilitará el
acceso al mar a personas con discapacidad. Todo un logro
que fue posible gracias al esfuerzo de Desafío Ambiente,
emprendimiento chileno –socio de ASIPLA– que trabaja
con economía circular de plásticos y que se sumó al
proyecto “Hacer Chile Accesible”, que impulsa Wheel
the World (WTW), y que pretende dar acceso a diversos
destinos turísticos para que el máximo de personas sin
distinción pueda disfrutar de esos paisajes.
A tono con estos cambios, hay colegios en nuestro
país que ya están impulsando iniciativas concretas para
trabajar el tema de educación medioambiental. Es el caso
de la Escuela Industrial San Antonio (EISA), ubicada en la
tradicional Avenida Centenario, a pocas cuadras del puerto.
ALIANZA CON LA FUNDACIÓN TODOS SOMOS 1
Carlos Oviedo, director de EISA, cuenta que en 2019
iniciaron conversaciones con esta institución sin fines
de lucro, interesada en promover el suprarreciclaje y el
cuidado del medio ambiente.
Su propósito, explica Juan Ignacio Álvarez, director
de la Fundación, es instalar en las comunidades escolares
un hábito que no tiene marcha atrás, pues una vez que
las personas empiezan a clasificar y reutilizar los residuos
es muy difícil que vuelvan nuevamente a tirar todo dentro
de la misma bolsa de basura. “Nuestro objetivo principal
con los estudiantes y docentes de EISA es enseñarles a
clasificar la basura, mostrarles que el colegio va a ser un
punto limpio y poner en práctica el suprarreciclaje, que en
inglés es conocido como upcycling”.
Pero, ¿qué significa esto? “Es básicamente transformar
los residuos, los deshechos, en otros productos que
tienen un valor agregado. Eso es relevante porque, por
un lado, se fabrican nuevas cosas que duran la cantidad
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Zona pedagógica
Foto: Gentileza Carlos
Oviedo, director de la
Escuela Industrial San
Antonio (EISA).
de años que dura el plástico y, por otro, estamos
cuidando el medio ambiente”, asegura Oviedo, mientras
muestra orgulloso una mesa cuya superficie está hecha
completamente a partir de plástico reutilizado.
Esto implica que al momento de fabricar un producto
no se recurra a materias vírgenes, sino a materiales
ya usados en otro proceso de fabricación previo. Y, a
diferencia del reciclaje de plástico, en que con una botella
se hace otra, en el suprarreciclaje se aprovechan mejor los
volúmenes. “Se trituran las botellas, se derriten y luego se
fabrican diversos artículos aprovechando el plástico. Así,
en un producto nuevo en vez de una botella, hay 50 o 60
botellas”, agrega Álvarez.
RECICLANDO LOS PLÁSTICOS N° 2 Y N° 5
Con el apoyo de la Fundación Todos Somos 1, hoy EISA
tiene tres máquinas para reciclar el plástico:
• Trituradora:
aquí el plástico queda convertido en
diminutas piezas similares a un lego, las que se almacenan
en la tolva con tan sólo presionar un botón. La máquina,
provista de cuchillas, realiza todo el trabajo de forma
rápida, sin ruido, y con escaso consumo energético.
• Extrusora:
derrite el plástico y lo moldea, para obtener
la forma deseada.
• Prensa:
aquí se compacta el material de plástico y se
obtiene, por ejemplo, una plancha de plástico de 1 m. x 1 m.
Actualmente, los estudiantes están abocados a
recolectar plásticos para poder poner en marcha el
suprarreciclaje. “Ellos toman los envases de desecho
de sus casas, los limpian, les sacan las etiquetas y los
van trayendo al colegio -cuenta Carlos Oviedo-. Acá los
pesamos y los dejamos en un contenedor especialmente
diseñado para ello. Cuando hicimos la actividad de
alianzas con ocasión del aniversario del colegio, quien traía