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Revista de Educación •
Protagonistas
“Sé que con
la ciencia podremos
cambiar el mundo”
Su amor por la ciencia y la educación lo ha llevado a ejercer como voluntario
en la Fundación Recrea, para apoyar educativamente a jóvenes que viven en
campamentos en Latinoamérica. Ese mismo compromiso es el que ha puesto
en sus últimos proyectos: “las Bayas del Canelo” y “la Alga Roja”, ambas
investigaciones sin precedentes en el mundo cientí co, que han sido elaboradas
junto a sus alumnos del taller cientí co y el respaldo del Liceo Técnico Juan
Pacheco Altamirano de Chillán.
Profesor Miguel Ángel Asis, de Ñuble
Foto: Gentileza de Miguel Ángel Asis.
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Protagonistas
D
esde su etapa escolar, a Miguel Ángel Asis siempre
le gustó la ciencia y en especial la química. Quizás
no era alumno de calificaciones sobresalientes,
pero era apasionado por el área científica. “Recuerdo que
cuando era estudiante obtuve un 2,0 en una prueba de
química. Esto me avergonzó tanto, que me propuse estudiar
para mejorar dicha calificación. Ese esfuerzo extra, hizo que
me enamorara de la ciencia”, cuenta el educador.
Su niñez la vivió junto a su madre en Chillán, quien
siempre le inculcó la importancia del estudio y el respeto
por los docentes, a quienes conocía de cerca ya que
trabajaba en una escuela como auxiliar de cocina.
Finalmente, su cercanía con la enseñanza lo llevó a estudiar
pedagogía en Ciencias Naturales con mención en Química,
en la Universidad del Biobío.
CIENCIA QUE MIRA EL FUTURO
Cursando su 4° año de carrera, tuvo su primera
aproximación al ejercicio docente, pues tomó unas horas
de reemplazo en el Liceo Bicentenario de Excelencia
Polivalente San Nicolás, ubicado en un pueblo que lleva el
mismo nombre.
Aquí realizó su primer proyecto científico junto a
dos alumnos. La idea consistía en medir la capacidad
antioxidante que tenía el subarbusto endógeno de Chile,
llamado salvia blanca, cuyo potencial podría ayudar en el
futuro a curar enfermedades degenerativas como algunos
tipos de cáncer. Cabe señalar, que esa investigación
les permitió ganar el concurso a mejor proyecto de
innovación y emprendimiento de Chile en el Congreso
Explora de 2010.
Luego de trabajar cuatro años en el establecimiento
renunció para incorporarse al Colegio Polivalente Profesor
Enrique Salinas Buscovich, en Chillán, pues quería estar
cerca de su familia compuesta por su esposa Patricia Canto
y su hijo Rafael Asis.
En este establecimiento, puso en marcha con sus
alumnos un proyecto que involucraba lana de ovejas
y aceitunas, para hacer un tipo de crema cicatrizante y
antioxidante. El producto era elaborado con la grasa que
extraían de la lana para luego mezclarlo con el jugo de
la aceituna. Gracias a esto, representaron a la Región de
Ñuble en el Nacional de Congreso Explora, ganando
como mejor defensa de proyecto el 2015.
Los dos alumnos que participaron en la creación de la
crema, hoy estudian medicina: uno en la Universidad de
Chile y el otro en la Universidad de Talca.
Con el tiempo, por temas de afinidad con la
Educación Pública, Miguel Ángel decidió renunciar y
asumir nuevas funciones en el Liceo Técnico Juan Pacheco
Altamirano, donde trabaja actualmente.
Allí creó un taller de ciencias libre, el cual no
tiene horarios, porque siempre hay alumnos creando
o experimentando, incluso en los recreos y después
de clases. “Aquí participan todos los niños, porque yo
además de ser profesor de Química, trabajo con los cursos
especiales en enseñanza básica, donde también hacemos
experimentos, así no queda nadie fuera”, comenta.
BAYAS DE CANELO
La Fundación Futuro organizó un concurso para docentes
en el año 2019, donde ofrecía una pasantía a la Reserva
de Huilo Huilo, ubicada en la Región de los Ríos. En esa
ocasión, comenzó a gestarse uno de sus mayores proyectos,
gracias a una semilla que conoció en la comunidad
mapuche llamada Inalafken.
“Conocí un árbol que tenía un fruto oscuro y yo le
pregunté a los lugareños sobre él, y ellos me invitaron a que
lo probara. Me animé, pero lo encontré muy picante. Así fue
como descubrí el fruto del Canelo, llamado bayas o semillas,
como le dicen las personas del lugar”, cuenta.
Le llamó tanto la atención el fruto que decidió llevarse
algunos al terminar el viaje. Al retornar a Chillán se las
mostró al profesor universitario Edgar Pastene, de la
Universidad de Biobío y Patricio Chandía, quien es jefe de
pedagogía en Ciencias en la mis casa de estudios.
En el Colegio Polivalente
Profesor Enrique Salinas
Buscovich, en Chillán,
puso en marcha con sus
alumnos un proyecto que
involucraba lana de ovejas
y aceitunas, para hacer un
tipo de crema cicatrizante
y antioxidante. Gracias
a esto, postularon al
Congreso Explora
el año 2015.