

diarios, periódicos, revisión e introducción
de libros, u otros objetos pertenecientes
a ciencias o bellas artes, en el territorio
de la República; los socorros, recompen-
sas y pensiones que el Gobierno hallare
conveniente conceder a los profesores
públicos o particulares y demás literatos,
por los servicios que hubiesen prestado
en obsequio de la instrucción pública; la
correspondencia con las universidades,
colegios, sociedades o establecimientos
científicos, y demás funcionarios y au-
toridades de la República, sobre objetos
relativos a la instrucción pública
5
.
El 15 de febrero de 1837, cuando Diego
Portales aún era ministro de Educación,
se firmó un Decreto con los requisitos
de ingreso a esa repartición pública, que
señalaba: “Para alcanzar la calidad de
Empleado Público se requiere estar instruido
en gramática y ortografía castellana y en la
Constitución del Estado, y algunas de las
principales lenguas vivas de Europa”.
A su muerte, fue sucedido por Joaquín
Tocornal Jiménez (1837) y Mariano Egaña
Fabres (1837-1840).
La primera Superintendencia
Uno de los hitos más significativos de la
naciente República fue la fundación de
la Universidad de Chile, en 1842. Estaba
formada por cinco facultades: Filosofía y
Humanidades, Leyes y Ciencias Políticas,
Ciencias Matemáticas y Física, Medicina
y Teología. Además, tenía una academia
especial de Ciencias Sagradas.
La ley que creó la Universidad de Chile (pro-
mulgada el 19 de noviembre de 1842) esta-
bleció que la Facultad de Filosofía y Humani-
dades estaría a cargo de la dirección de las
escuelas primarias fiscales. Debía proponer
al gobierno las medidas para corregir las
deficiencias observadas y confeccionar es-
tadísticas. También debía encargarse de los
textos de estudio que allí se utilicen.
Asimismo, tendría la tarea de promover la
enseñanza de la filosofía y humanidades en
los institutos y colegios nacionales de Chile,
es decir, a nivel de la enseñanza secundaria.
Para que todo eso fuera posible la
Universidad creó el “Consejo Universitario”,
compuesto de 9 miembros: el Rector, cinco
Decanos, dos representantes del Presidente
de la República y el secretario general de la
Universidad. “De este modo las funciones
de superintendencia ordenadas por la
Constitución de 1833, fueron entregadas al
Consejo de la Universidad”
6
.
El 23 de abril de 1844 se dictó un
reglamento, que asignó atribuciones de
dirección, inspección y jurisdicción al
Consejo Universitario. “Por sus atribuciones
de inspección, debía visitar cada tres
meses los colegios y escuelas primarias
públicas y particulares. Por sus atribuciones
de jurisdicción debía hacer ejecutar sus
decisiones y corregir las deficiencias
observadas. Podía suspender y exonerar
maestros (…)”
7
.
A pesar de todos los esfuerzos, la falta de
presupuesto y las comunicaciones poco
desarrolladas de la época impidieron al
Consejo Universitario cumplir bien con las
tareas encomendadas.
Visitadores Provinciales de Instrucción
Primaria
Ante el fracaso mencionado, se decidió
cambiar este tipo de supervisión por un
sistema de inspección. Y es así como en
1846 se nombró al primer visitador, José
Dolores Bustos.
Luego fueron designados José Bernardo
Suárez, Blas Roldán, Tomás Jiménez, José
Santos Rojas, Manuel Salas. Todos ellos de las
primeras promociones de la Escuela Normal.
El 15 de febrero de 1837, cuando Diego Portales
aún era ministro de Educación, se firmó un
Decreto con los requisitos de ingreso a esa
repartición pública, que señalaba: “Para alcanzar
la calidad de Empleado Público se requiere estar
instruido en gramática y ortografía castellana y
en la Constitución del Estado, y algunas de las
principales lenguas vivas de Europa”.
5
Fredy Soto Roa. “Historia de la Educación Chilena”,
2ª. edición. Universidad Central de Chile, Facultad
de Ciencias de la Educación. Impreso en Chile,
Septiembre 2013. Pág. 460.
6
Fredy Soto Roa. “Historia de la Educación Chilena”,
2ª. edición. Universidad Central de Chile, Facultad
de Ciencias de la Educación. Impreso en Chile,
Septiembre 2013. Pág. 461.
7
Fredy Soto Roa. “Historia de la Educación Chilena”,
2ª. edición. Universidad Central de Chile, Facultad
de Ciencias de la Educación. Impreso en Chile,
Septiembre 2013. Pág. 462.
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CON CALIDAD SE EDUCA
REVISTA REVEDUC
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Nº 381 /2017