

21
EN EL AULA
Revista de Educación Nº 375
Tan importantes son estos primeros años,
que el filósofo francés Jean Paul Sartre
(1905-1980) en su obra “Las Palabras” llegó
a decir: “En el hombre no cuenta ni su rango
ni su orgullo ni su valor ni su actitud, decide
la infancia”. Esto quiere decir, destaca
Amanda Céspedes, que el ser humano es
lo que decidió su infancia que fuera.
Frente a esta realidad, ¿cuáles son los
hallazgos de la neurociencia que toda
educadora de párvulos debería conocer?
“Lo esencial es que el niño viene ya antes
de nacer con una red neuronal de soporte,
que se desarrolló durante los últimos
tres meses del embarazo –explica la
neuropsiquiatra-. Sobre esa red, durante
su primera infancia va creando modelos
internos sólidos, estables e indelebles, que
serán la base de todo lo que vendrá después.
Por ejemplo: un modelo interno lingüístico,
un modelo interno comunicativo, un
modelo interno social, un modelo interno
de descubrimiento del mundo natural, un
modelo interno del movimiento”.
Para ello, el menor de cinco años cuenta
con 300 billones de neuronas en la corteza
cerebral, algunas de ellas vienen conectadas
EL DESAFÍO PARA
EDUCADORAS DE PÁRVULOS
Y PROFESORES
Por lo tanto, quienes trabajan con menores
de cinco años deben proveerles de muchas
experiencias motoras y sensoriales, que
tienen que ver con la percepción visual
(formas, colores) y auditiva (melodías de
canciones y rondas). “Un niño que crece
escuchando melodías, canciones y rondas
va a ser dos veces más inteligente que el
que no las escuchó o escuchó otra música.
El niño que crece al ritmo del reggeaton no
va a tener el mismo desarrollo intelectual
–explica Amanda Céspedes-. Lo musical,
lo visual, lo táctil, la experiencia de
trabajar con arena, masilla o plasticina,
es fundamental. Pero aquí el educador o
educadora tiene que tener muy claro dónde
está actuando, qué está estimulando. Si sus
alumnos van a trabajar con plasticina, debe
saber por qué va a realizar esa actividad,
qué modelos internos va a estar creando
el niño que trabaja con eso”.
Asimismo, deben fomentar actividades
que incrementen la imaginación. Y en ese
contexto, agrega la neuropsiquiatra, se
puede usar la tecnología digital siempre
que esté al servicio de la imaginación, de
la creatividad, del desarrollo lingüístico y
matemático.
“Esto no es lomismo que pasarles una tablet
para que jueguen, porque ahí ellos no crean,
no imaginan. Una de las grandes perdedoras
hoy día es la imaginación. Los niños actuales
son expertos en el ‘touch’, pero son muy
precarios en el imaginar. Cuando les he
pedido a algunos chicos que inventen
un animal, dicen que no se les ocurre y
quieren buscarlo en google. Yo les insisto:
‘intentémoslo, te voy a ayudar a imaginar’.
Pero les cuesta enormemente, porque no
están acostumbrados a producir”, dice.
y otras están abiertas a la experiencia, es
decir, van a esperar la sinapsis. De estos 300
billones, entre los cinco y los siete años se
eliminarán al menos 100 billones, pero las
redes fundacionales se mantienen.