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EN EL AULA

Revista de Educación Nº 375

¿HOY TENEMOS MÁS NIÑOS

CON DÉFICIT ATENCIONAL

QUE ANTES?

Todo pareciera indicar que han aumentado

los niños con déficit atencional, pero según

Amanda Céspedes lo que sucede es un

fenómeno paradójico: un sobrediagnóstico y

un infradiagnóstico. Es decir, por un error de

índole conceptual se identifican con déficit

atencional muchos niños que no lo tienen y

no se identifican los que sí lo tienen.

“El trastorno por déficit de atención se

origina por una inmadurez de la región

última de la corteza cerebral, que es la

región prefrontal, que madura al final.

¿Qué significa madurar? Mielinizar. En

otras palabras, el trastorno por déficit

de atención tiene que ver con una

mielinización más lenta. Pero ocurre que

la región prefrontal es muy vulnerable,

muy sensible, a factores ambientales que

tienen que ver con malos hábitos de vida.

Puedo dañar o perturbar el funcionamiento

de mi región prefrontal durmiendo poco

o mal, alimentándome mal, viviendo en

medio del estrés, jugando videojuegos

de manera compulsiva, bebiendo bebidas

gaseosas con una cantidad enorme de

azúcar. Todo eso altera esta zona. Hoy

vemos un incremento de niños que actúan

como si tuvieran déficit atencional, vale

decir, son tremendamente impulsivos y no

se concentran; sin embargo, lo único que

tienen son malos hábitos de vida que, al no

ser corregidos, se van perpetuando”.

Al mismo tiempo, agrega, “observamos

que hay un infradiagnóstico, que se

produce porque muchos chicos con déficit

atencional no son hiperactivos ni impulsivos,

pero tienen trastornos del aprendizaje. Y al

no ser hiperactivos ni impulsivos, no se les

diagnostica y su trastorno de aprendizaje

se interpreta como se ha hecho por

siglos: flojera. Y no se les presta la debida

atención”.

Con el síndrome de Asperger, ocurre algo

diferente. La prevalencia es la misma, no

ha variado, pero lo que ha aumentado

notoriamente son niños que tienen ciertas

características Asperger, aunque no el

cuadro completo.

“Se piensa que estas características

Asperger son producto de una serie de

neurotoxinas que actuaron de manera

muy sutil en el desarrollo del cerebro del

niño el último trimestre del embarazo,

neurotoxinas ambientales no del todo

identificadas todavía. Algunas estarían

presentes en la comida, como los aditivos

químicos, preservantes y colorantes,

que serían dañinos; otras dicen relación

con la presencia de metales pesados

en el ambiente y el estrés, que es una

neurotoxina porque produce cortisol que

es dañino para el cerebro. Es decir, hoy

tenemos más niños con características

Asperger debido a una contaminación

ambiental silenciosa subterránea, pero

nadie le ha puesto el cascabel al gato. Y

aquí aparece la importancia de las políticas

públicas”, afirma.

Y concluye destacando que una de las

principales preocupaciones de quienes

trabajan en educación se relaciona con el

uso temprano de la tablet para entretener

a niños menores de tres o cuatro años,

pues ello causa un deterioro gravísimo de

sus habilidades comunicativas. “Vamos a

tener una legión creciente de niños con

características Asperger: que no miran a

los ojos, que no son capaces de leer las

claves del entorno y que no entienden la

comunicación no verbal. ¿Por qué razón?

Porque un niño de tres años que está todo

el día pegado a la tablet no está observando

el entorno. Así de simple”.

"Hoy vemos un incremento de

niños que actúan como si tuvieran

déficit atencional, vale decir, son

tremendamente impulsivos y no se

concentran; siin embargo, lo único

que tienen son malos hábitos de

vida que, al no ser corregidos, se

van perpetuando”.