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cuenta el historiador Fredy Soto Roa en su libro

Historia de la Educación Chilena

.

Las primeras escuelas del país no surgieron en

el siglo XVIII, sino mucho antes, una vez que los

conquistadores españoles se asentaron en el

territorio. Fredy Soto Roa señala que “Chile, durante

gran parte del siglo XVI, fue un campamento en

armas, con una economía de subsistencia. La llegada

de mujeres españolas y el nacimiento de niños

criollos no se produjeron hasta finalizado el siglo. Fue

una sociedad que primero debió afirmarse en la tierra

y luego preocuparse de otros menesteres, donde la

educación no tuvo prioridad (...). Además, saber leer y

escribir no eran requisitos del buen soldado”.

En 1550 se abrió una escuela de corta data en el

mismo sitio donde actualmente se encuentra el

portal Fernández Concha, junto a la Plaza de Armas

de Santiago. Según recogió el historiador, “el 22 de

mayo de 1584 el Cabildo de Santiago autorizó al

español Diego de Céspedes para ‘poner una escuela

para enseñar a niños a leer y escribir’. En 1558 vivía en

la capital Diego Serrano, ‘maestro de enseñar niños’.

Y al finalizar el siglo XVI enseñaba Pedro de Padilla.

Lo hacía en ‘una casa junto a la plaza de esta ciudad’.

Murió en 1615”.

El primer maestro nacido en el país fue el criollo

Juan de Oropesa. En Santiago de 1615 se le

otorgó la licencia para enseñar “buenas y virtuosas

costumbres”, exigiéndole que su aula funcionase en

la plaza de la ciudad y no admitiese en ella más de

100 niños, pero al final se reunieron 400 estudiantes.

Por esa misma época, se dio licencia para poner una

escuela a Melchor Torres de Padilla. A mediados de

1621, ninguna de las dos escuelas funcionaba.

Y en 1700 abrió sus puertas el Colegio de Naturales

de Chillán, para educar a los hijos de los caciques

de Arauco. Ese establecimiento estuvo a cargo de la

Compañía de Jesús hasta que en 1767 la orden fue

expulsada de la Corona. En 1723, ante la amenaza de

incursiones indígenas, fue trasladado a la capital del

reino, y en 1786 regresó a Chillán, ahora a cargo de la

orden franciscana, que aprovechó para su habilitación

el Colegio de Misioneros que existía en la ciudad. El

Colegio de Naturales de Chillán funcionó hasta 1811,

cuando el primer Congreso republicano resolvió

eliminar la subvención proporcionada por el Estado.

El Estado se involucra en la educación

En 1812, el Cabildo de Santiago pidió un informe al

regidor Tomás Vicuña, dando cuenta del estado de

las escuelas primarias de la capital.

Foto: Colección Museo Histórico Nacional.

Cultura

Alumnos de escuela rural, c. 1938

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