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encargo del Presidente de la República Manuel

Montt a las Monjas Francesas del Sagrado Corazón,

encabezadas por la madre Ana du Rousier, se creó

la primera Escuela Normal de Preceptoras, que

acogería a aquellas jóvenes que también ansiaban ser

maestras.

Por otra parte, en 1889 surgió el Instituto Pedagógico,

que fue gravitante en la formación de profesores

secundarios. Los primeros que impartieron lecciones

a los futuros maestros que allí se formaban fueron el

chileno Enrique Nercasseau y Morán en Castellano

y los alemanes Jorge Enrique Schneider en

Pedagogía y Filosofía, Juan Stephen en Geografía

e Historia, Federico Hanssen en Filología, Alberto

Beutell en Física, Federico Johow en Ciencias

Naturales, Rodolfo Lenz en Lenguas Vivas y Reinaldo

von Lilienthal en Matemáticas. Este último fue

reemplazado por Augusto Tefelmacher. Y a poco

andar, se agregaron las cátedras de Educación Física y

Derecho Constitucional.

Rodolfo Lenz, que fue contratado por el gobierno

teniendo 27 años, consideraba que la enseñanza

del Castellano era lo más importante de toda la

instrucción secundaria y que su función era preparar

para estas labores a los profesores que darían clases

en ese nivel, al que hasta ese momento accedía una

minoría del país.

Las Escuelas Normales sobrevivieron hasta 1974,

cuando un decreto del gobierno ordenó que la

formación de profesores de todos los niveles

quedase a cargo de las universidades del Estado

y de las particulares reconocidas por este. En el

caso del Instituto Pedagógico, que dependía de la

Universidad de Chile, fue separado de esa institución

por la dictadura, en 1981, transformándolo en la

Academia Metropolitana de Ciencias de la Educación,

hoy Universidad Metropolitana de Ciencias de la

Educación (UMCE).

La educación pública en el siglo XX

Otro de los hechos notables de la educación chilena

del siglo XX fue el movimiento experimental, que

buscaba nuevas formas de enseñar y que se tradujo

en la puesta en marcha de varios establecimientos

experimentales, como el Liceo Manuel de Salas, el

Liceo Darío Salas, el Liceo N° 6 de Niñas, el Liceo

Experimental Gabriela Mistral (todos de Santiago),

el Liceo Experimental de Niñas de Concepción y el

Liceo Coeducacional de Quilpué.

También hubo esfuerzos por llegar a los alumnos

de localidades rurales. En la década de 1930 y

1940 fueron creados tres tipos de establecimientos

para este sector: las “escuelas quinta” (1932), que

debían poseer un terreno cultivable de una a cinco

hectáreas; las “escuelas granja” (1948), que poseían

más de cinco hectáreas; y las “escuelas hogares”

(1944), que se encargaban de educar y vestir a

niños huérfanos o indigentes. “Aunque venían

desarrollándose desde hacía tiempo, en 1948 y

1949 se dio un gran impulso a las escuelas rurales

comunes, que en 1952 alcanzaban a 2.947”, se

asegura en “Historia de la Educación Chilena”.

En 1954 se realizó otra reforma, que permitió

trasladar el aporte del movimiento experimental a

los liceos comunes, con la creación de los Consejos

de Curso, el establecimiento de tres horas pagadas

para las tareas de profesor jefe de curso, la extensión

del Servicio de Orientación, la creación del Plan

Diferenciado en sexto año de Humanidades y del

Plan variable en el tercer año de Humanidades, la

creación del Gobierno Estudiantil, la implementación

de los informes de Personalidad, la incorporación

de la evaluación objetiva y la organización de los

Departamentos de Asignatura.

Otro hito importante fue la reforma de 1965, que

estableció tres niveles de enseñanza: la Educación

Parvularia; la Educación General Básica, que duraría

ocho años y sería común para todos los niños entre 6

a 7 años y 14 a 15 años; y la Educación Media, que se

extendería por cuatro años, en modalidad científico

humanista o técnico profesional. Esta última se

dividiría en cuatro ramas: Comercial, Agrícola,

Industrial y Técnicas Especiales. Tanto la modalidad

científico humanista como la técnico profesional

tuvieron a partir de ese momento un plan común, en

I y II medio, para permitir la movilidad horizontal de

los alumnos.

Cultura

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