

Política Educativa
torno a los esfuerzos colectivos y proporcionar
el conocimiento y la innovación necesarios para
futuros sostenibles y pacíficos para todos basados
en la justicia social, económica y medioambiental”
y “debe defender el papel desempeñado por los
docentes”.
Para llevar a cabo ese nuevo contrato social,
explica la experta, es crucial repensar los acuerdos
implícitos sobre la manera en que las personas
están relacionándose y cooperando para organizar
el aprendizaje y los conocimientos que benefician
al conjunto. “Esto implica lo siguiente: reafirmar el
derecho por una educación a lo largo y lo ancho
de la vida y relacionar este derecho a la educación
con el derecho a la información a la ciencia, a
la cultura, la participación y la conectividad; y
reafirmar la educación como un proyecto público
y un bien común. Necesitamos revisar cómo se
organiza el aprendizaje, el diseño de los sistemas
educativos, la manera cómo se organizan las
escuelas, las universidades y todos los espacios que
brindan oportunidades educativas”.
Y, en consonancia con ello, Delaney plantea que
hay tres preguntas esenciales que es necesario
formular sobre la educación de cara a 2050: ¿Qué
debemos seguir haciendo? ¿Qué debemos dejar de
hacer? ¿Qué debemos reinventar completamente?
Esa es su invitación.
Informe
“Reimaginar juntos nuestros futuros,
un nuevo contrato social para la educación”
, se
puede descargar completo en:
https://unesdoc. unesco.org/ark:/48223/pf0000381560Intervención del ministro de
Educación, Marco Antonio Ávila,
en el seminario “Reimaginar
juntos nuestros futuros: un nuevo
contrato social por la educación”,
efectuado en la Universidad de
Chile.
Foto: Prensa. U. de Chile.
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