

“Ha surgido, especialmente en este tiempo de
Covid, el concepto de pobreza de aprendizaje y
los desafíos de su medición. El 70% de los niños
y niñas de 10 años en el mundo no logra leer
ni comprender un texto simple. Casi el 90% de
los y las estudiantes en países de bajos ingresos
abandonan la escuela antes de completar su
educación secundaria. Y uno de cada cuatro
jóvenes en esos países aún tiene un muy bajo nivel
de alfabetización. La pandemia solo ha empeorado
esta situación y exacerbado las desigualdades”,
asegura Delaney.
Pero el informe no sólo aborda los avances en
educación y las desigualdades que hoy persisten.
Hay capítulos referidos a las perturbaciones y
transformaciones emergentes como el planeta
que está en peligro y el conocimiento digital y
sus exclusiones; las pedagogías cooperativas y
solidarias; los planes de estudio y la evolución
de los conocimientos comunes; y el trabajo
transformador de los docentes, entre otros.
Respecto de la tecnología, por ejemplo, se hace
un llamado a las instituciones educativas para
que desarrollen sus competencias digitales.
“Los programas de aprendizaje deberían apoyar
a docentes y estudiantes para que tengan una
comprensión crítica del funcionamiento y las
implicaciones de las tecnologías digitales; y para
que trabajen juntos y juntas en determinar cómo
utilizarlas y con qué finalidad -explica la experta-.
Las herramientas digitales pueden desempeñar un
papel valioso en el desarrollo de la creatividad y de
la comunicación de estudiantes, pero no deben y
no pueden reemplazar la experiencia presencial en
el aula del aprendizaje entre pares”.
Delaney insiste en que hoy es necesaria la
construcción de un nuevo contrato social para la
educación, término que alude más que una simple
transacción, ya que refleja normas, compromisos
y principios que se legislan formalmente y
están integrados culturalmente. Y, tal como se
explica en el informe, este “debe unirnos en
Política Educativa
“Uno de cada cinco niños
y niñas en los países de
bajos ingresos y uno de
cada 10 en todo el mundo,
es decir, cerca de 250
millones de niños, no están
escolarizados”.
Fuente: Informe global
“Reimaginar juntos nuestros
futuros, un nuevo contrato
social para la educación”,
Unesco.
Foto: Prensa. U. de Chile.
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