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Revista de Educación •
En el aula
Únicos, grandes
y nuestros
Más de 5.600 establecimientos hoy están implementando el Plan Leo Primero,
triplicando los estudiantes bene ciados, pasando de 193 mil en 2019 (todos ellos
de 1° básico) a 632 mil el 2021 (abarcando cuatro niveles, desde 1° a 4° básico).
Y en el caso de Sumo Primero, el año pasado participaron más de 948 mil, desde
1° a 6° básico. Así lo asegura María Isabel Baeza, Coordinadora Nacional de la
UCE (Unidad de Currículum y Evaluación) del Ministerio de Educación, quien
explica en qué consisten estos programas, qué los hace tan únicos y cómo han
contribuido a mejorar la calidad de la enseñanza.
Leo Primero y Sumo Primero
Una de las alumnas del Colegio Santa Teresita del Niño Jesús
(Santiago, Región Metropolitana) muestra uno de los textos
del Plan Leo Primero. En 2021, este ha impactado a más de
632 mil estudiantes de 1° a 4° básico a nivel nacional.
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En el aula
“Q
ue todos los estudiantes de Chile aprendan
a leer comprensivamente en 1° básico y
consoliden las habilidades de lectoescritura
en los niveles consecutivos”. Ese es el propósito de Leo
Primero, el plan nacional de enseñanza de lectura, que
el gobierno anunció en 2018 para revertir una realidad
más que preocupante: cerca de 158 mil estudiantes
pasaban a 2° básico sin un nivel adecuado de lectura,
dificultando directamente el logro de otros aprendizajes.
Sus excelentes resultados llevaron a extenderlo a 4° básico
el 2021.
Y en el actual contexto de pandemia se han
intensificado las acciones para potenciar el plan, lo que ha
permitido un crecimiento en su contenido e impacto. Más
de 5.600 establecimientos hoy están implementando el
Plan Leo Primero, triplicando los estudiantes beneficiados,
pasando de 193 mil en 2019 (todos ellos de 1° básico)
a 632 mil el 2021 (abarcando cuatro niveles, desde 1° a
4° básico). Y en el caso de Sumo Primero, que surgió en
2020, el año pasado participaron más de 948 mil, desde 1°
a 6° básico.
“Los programas Leo Primero y Sumo Primero se
erigen como política pública relevante en cuanto se
comprometen a mejorar la calidad de la educación de
nuestros niños, especialmente en áreas críticas como la
lectura y la resolución de problemas matemáticos. De
esta manera, estos planes permiten crear más igualdad
de oportunidades para enfrentar los desafíos presentes y
futuros de los estudiantes del país”, afirma María Isabel
Baeza, Coordinadora Nacional de la UCE (Unidad de
Currículum y Evaluación) del Ministerio de Educación.
Ambos planes cuentan con ejes y estrategias
fundamentales para la consecución de sus objetivos: que
todos los niños y niñas de Chile lean comprensivamente.
Los tres ejes principales son:
1. Acceso a recursos para estudiantes.
2. Acceso a formación y herramientas para docentes.
3. Compromiso de la comunidad educativa.
A su vez, las estrategias fundamentales contempladas
en estos ejes son:
1. Recursos de Aprendizaje:
entrega un modelo
de aprendizaje de la lectura y de las habilidades
matemáticas.
2. Tecnología:
usa tecnología inteligente para hacer un
seguimiento y monitoreo de su implementación.
3. Apropiación social del conocimiento:
desarrolla y
promociona a través de medios de comunicación la
reflexión, participación y apropiación de estos planes por
parte de todos los actores de la comunidad educativa.
PERO, ¿EN QUÉ CONSISTEN ESTOS PLANES?
Leo Primero:
contextualiza los aprendizajes y contribuye
a un desarrollo integral del lenguaje mediante la lectura,
la escritura y la comunicación oral. Las competencias que
desarrolla a través de estas habilidades fundamentales
para la comunicación humana mejoran tanto el
desempeño escolar de los alumnos, como su participación
en la sociedad. Por ejemplo, cuando comunican sus ideas
y sentimientos de forma oral y escrita o cuando leen
diferentes tipos de textos comprendiendo sus sentidos.
Cabe señalar que este plan entrega a las comunidades
educativas material de aprendizaje de lectura comprensiva,
que incluye textos escolares, guía para el docente, libros
para Bibliotecas de Aula, láminas para lectura en voz alta y
una plataforma que permite evaluar la evolución de cada
estudiante en los objetivos de aprendizaje. Desde 2019
a la fecha, ha repartido 24 mil 310 Bibliotecas de Aula, lo
que significa que ha puesto más de un millón de libros
físicos a disposición de los estudiantes de 1° a 4° básico
del país, teniendo una alta valoración y uso. De hecho,
según una encuesta interna, el 43% dice usarla una vez
a la semana o más y el 99% cree que es valiosa para el
fomento de la lectura.
Sumo Primero:
se sitúa desde un enfoque de enseñanza
de la matemática basado en la resolución de problemas,
que posibilita el desarrollo de habilidades de pensamiento
matemático. Este enfoque está directamente relacionado
con el actual currículo chileno, que concibe la Matemática
como una asignatura cuyo propósito es enriquecer la
comprensión de la realidad, desarrollando la capacidad
para resolver problemas y promoviendo el pensamiento
crítico y autónomo de los estudiantes.
La Coordinadora Nacional de la UCE muestra el
siguiente ejemplo:
–María tenía 10 chocolates y comió 3. ¿Cuántos
le quedan?, planteado después de haber enseñado el
procedimiento de la sustracción y de haber practicado
algunos ejercicios.
Explica que tal enunciado no pone a los estudiantes en
una situación en la que deban construir un conocimiento
nuevo para ellos, sino que les presenta una situación
en la cual han de integrar los conceptos asociados a los
procedimientos recién ejercitados. Este tipo de tareas se
concibe más bien como un ejercicio que, como hemos
mencionado, tiene un valor dentro de la enseñanza, sin
embargo, no se considera un problema. Un verdadero
problema es un enunciado en el que se pone al alumno en
una situación nueva, ante la cual no conoce un procedimiento
inmediato para su resolución (Isoda & Olfos, 2009).