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Revista de Educación •

Cultura

trabajando desde la corte del emperador Rodolfo II,

en Praga. Formuló algunas leyes ópticas y en 1611

construyó un telescopio. Siempre defendió la visión

heliocéntrica de Copérnico y en 1619 publicó las

famosas tres leyes del movimiento planetario que llevan

su nombre y que sirvieron de base para los estudios de

muchos científicos posteriores.

La primera ley establece que los planetas describen

órbitas elípticas, en uno de cuyos focos se halla el Sol.

La segunda dice: las áreas barridas por el rayo vector

que une el centro del Sol con el centro de un planeta

son proporcionales a los tiempos en barrerlas (velocidad

areolar constante). Y la tercera establece que los

cuadrados de los tiempos empleados por los planetas en

su movimiento de revolución sideral son proporcionales a

los cubos de los semiejes mayores de sus órbitas.

El más grande de los astrónomos ingleses, Isaac

Newton, nació el 25 de diciembre de 1642 y se destacó

también como físico y matemático. Fue un genio al cual

le debemos la ley de gravitación universal, una de las

piedras angulares de la ciencia moderna. Luego de una

vida de campo, en Woolsthorpe, que nunca lo convenció,

su enorme curiosidad y talento fueron detectados por

un maestro local que le insistió a la familia que lo enviara

a la universidad. Así es como llegó a Cambridge. Allí se

dedicó a estudiar una variedad de temas, que iban desde

la historia hasta la astrología. También descubrió las

ciencias físicas.

Sin embargo, cuando se estaba preparando para su

trabajo de posgraduado, Inglaterra fue golpeada por la

peste bubónica, pandemia que mató a miles de personas.

La universidad debió cerrar temporalmente y él volvió al

campo familiar, donde se dedicó a trabajar con ahínco

dilemas científicos y matemáticos. Construyó la primera

versión funcional de un nuevo aparato astronómico, el

telescopio de reflexión, que usaba un espejo curvo en

vez de lentes para enfocar la luz. Además, desarrolló una

poderosa rama de las matemáticas, el cálculo y planteó las

bases fundamentales de su teoría de la gravitación. Según

un relato popular, el verano de 1666 tras caer una manzana

de un árbol de la granja familiar se planteó la idea de

la gravitación: dos cuerpos se atraen con una fuerza

proporcional a sus masas e inversamente proporcional al

cuadrado de la distancia que las separa. También la óptica

se nutrió de su talento, descubrió que la luz blanca se

puede descomponer en todos los colores del arco iris al

hacerlas pasar por un prisma, iniciando con ello el análisis

espectral, base de la astrofísica contemporánea, contenido

en su Tratado sobre Óptica, publicado en 1704.

Los últimos años de su vida, Newton los destinó a la

profunda meditación teológica, totalmente alejado de los

círculos intelectuales. Murió en la ciudad de Cambridge, el

20 de marzo de 1727.

CONSTRUCCIÓN DE COHETES Y SALIDAS AL

ESPACIO

Siguieron los estudios astronómicos en muchos países del

orbe. Variados aportes a la ciencia, hasta que, en 1857,

aparece la primera noción de cohete, en los inicios de la

“roquetería”, diseñado por el ruso Konstantin Tsiolkovsky,

quien, pese a su sordera, ejerció la docencia y fue un

gran investigador. Llegó a ser llamado el padre de la

astronáutica, debido a sus propuestas tan avanzadas,

muchas de las cuales fueron incluso implementadas,

como el uso del nitrógeno y el oxígeno líquido como

combustible de cohetes, también elaboró un modelo

de varias etapas para orbitar la Tierra o realizar vuelos

interplanetarios. Construyó el llamado “túnel de viento”,

con el que pudo resolver problemas teóricos de los viajes

en cohetes al espacio. Él tiene el mérito de haber sido un

pionero de los futuros viajes espaciales, siempre soñó con

hacer vuelos interplanetarios.

Entrando en el siglo XX, emerge la genialidad del

alemán Albert Einstein con su Teoría de la Relatividad

(1916), relacionada con la electrodinámica y el movimiento

de los cuerpos. Un gran empuje a las ciencias en general y

también a la astronomía. Gracias a esta nueva teoría, que

deja atrás la de Newton, el Universo pasó a describirse

como un todo mediante una serie de ecuaciones que

Claudio Ptolomeo. Imagen dominio público.

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demuestran la íntima relación e imbricación del espacio, el

tiempo y la materia.

Y comienza la estrecha carrera por surcar el espacio

sideral. En 1957 los rusos lanzan el primer objeto para

orbitar la Tierra, que se llamó Sputnik. Y cuatro años más

tarde (1961) mandan al primero hombre al espacio, el

astronauta Yuri Gagarin. Mientras, al año siguiente (1962)

Estados Unidos envía a John Glenn a orbitar la Tierra. Así

el año 1966 Rusia había tocado la Luna con su misión Luna

9 y Estados Unidos había cumplido el mismo cometido con

Surveyor, ambos con exitosos aterrizajes en suelo lunar.

Pero la gran y espectacular hazaña astronáutica la

logró Estados Unidos, en 1969, cuando envió al espacio,

como parte de su misión Apolo 11, a los astronautas

Michael Collins, Neil Amstrong y Edwin Aldrin, y estos

dos últimos se bajan de la nave y caminan sobre la

superficie de la Luna. Más adelante, en el año 2000, la

nave estadounidense Endeavor realiza un detallado mapa

global de la Tierra.

En la actualidad, este siglo XXI se caracteriza por

la enorme atención que se le sigue dando al Universo

desde nuestro pequeño planeta, que está localizado en la

periferia de la Vía Láctea, una galaxia en espiral compuesta

por miles de millones de soles. Así como también sabemos

que hay miles de millones de galaxias, una realidad

inasible e inconmensurable.

Los adelantos científicos, los modernos observatorios

instalados en distintas partes del mundo, como ALMA en

el norte de Chile, no sólo han despejado sino que han

abierto nuevas interrogantes. Y los miles de científicos de

distintas disciplinas siguen empecinados en el apasionante

y urgente estudio del espacio. “Tenemos poderosos

telescopios terrestres orbitales, sondas interplanetarias

que llegan a los confines del sistema solar y robots que se

encuentran en la superficie de otros mundos aumentando

la capacidad del ser humano de conocer su maravilloso

entorno astronómico”, relata una crónica sobre historia de

la astronomía (astroantigua.htm).

EN CHILE: INVITACIÓN A MIRAR LAS ESTRELLAS

No se puede hablar de astronomía en nuestro país

sin nombrar y reconocer a dos grandes Premios

Nacionales que, además, tienen en común ser excelentes

comunicadores y, por lo tanto, han logrado masificar la

concepción del Universo y también hacer que realmente

sintamos que “somos polvo de estrellas”.

Se trata de la doctora en astrofísica y académica

de la Universidad de Chile, María Teresa Ruiz, que fue

galardonada con el Premio Nacional de Ciencias Exactas

en 1997, entre otros reconocimientos a nivel mundial. Ha

dado cientos de charlas y escrito varios libros, el último

de ellos está dedicado al astro rey, se llama “El Sol:

conviviendo con una estrella” (Editorial Debate).

“Cuando el Sol termina de desaparecer bajo el

horizonte, pienso que ya hace ocho minutos que ha

ocurrido, pese a que la noticia nos acaba de llegar.

Esto es así porque la luz que emana del Sol, que está a

150 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, se

demora ocho minutos en cubrir esa distancia. Entonces

me pregunto: ¿cuántos estarán al tanto de detalles como

este sobre nuestra estrella, el Sol?”, anota la autora en la

entrada del libro, aludiendo al enorme interés que suscitó

en las personas el eclipse solar total que ocurrió el 2 de

julio de 2019 y sus deseos de contar más del gran astro

porque es la estrella más cercana y la única que podemos

conocer en mayor profundidad, asunto importante, ya que

puede afectar radicalmente nuestro quehacer cotidiano.

José Maza Sancho, recibió el Premio Nacional

de Ciencias Exactas el año 1999, es académico de la

Universidad de Chile y un excelente comunicador, capaz de

poner al alcance de todos lo que ocurre con los astros que

pueblan el cielo. Entre sus muchas publicaciones, acaba de

salir a circulación “Dibujando el cosmos” (Editorial Planeta),

en el que hace referencia a los orígenes de la ciencia, la

astronomía y la medición del tiempo. Aquí el experto juega

con la mitología grecorromana para ir contando la historia

de la astronomía, comenzando con la cosmogonía, que

refiere al origen del Universo. “De acuerdo con la mitología

griega no fueron los dioses quienes crearon el universo,

todo lo contrario, el universo creó a los dioses. Antes de

que existieran estos, se habían formado el cielo y la Tierra.

El cielo Urano y la Tierra Gea, fueron los primeros padres.

De ahí surge todo: los titanes fueron sus hijos y los dioses

sus nietos”, escribe el autor. En otro capítulo se interna en

la ciencia en el tiempo del mito y concluye con páginas

dedicadas a narrar la problemática de medir el tiempo y el

origen de los calendarios, incluyendo el gregoriano, que se

usa hasta hoy.

Fuentes:

astronomia.com/historia/astroantigua.htm elmundo.es/ciencia.html

,

windows2universe.org, museovirtual.csic.es/salas/magnetismo/biografías/

newton.htm, La evolución de la astronomía, Simón

García:

iac.es

, El primer telescopio se presentó hace

400 años:

elpais.com/sociedad/2009

, El nacimiento

de la astronomía antigua, estabilizaciones y

desestabilizaciones culturales, M. del Mar Valenzuela

V, 2010. World History Encyclopedia, La astronomía

griega, Cristian Violatti, traductor Diego Villa. C., 2013.

El sol, María Teresa Ruiz, Debate, 2021. Dibujando el

cosmos, José Maza Sancho, Planeta, 2021.