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Revista de Educación •
Conversando a fondo
“La astronomía
abre el camino a
otras ciencias”
“A todos nos gusta ver una puesta de sol, nos emocionamos. Esa atracción y esa
conexión que se da con el Universo es un vehículo muy interesante y que se puede
utilizar para incentivar a los estudiantes a que aprendan otras disciplinas. Uno puede
aprender matemática porque necesita calcular distancias y muchas otras cosas en
astronomía. Uno necesita física para entender los procesos físicos, entonces las leyes
de Newton o de Kepler se pueden enseñar a partir de la astronomía”, asegura Mónica
Rubio, quien recientemente asumió como presidenta de una de las Divisiones de la
Unión Astronómica Internacional.
Mónica Rubio, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2021
Mónica Rubio es licenciada en
Física y tiene un magíster en
astronomía de la Universidad
de Chile. En 1992 obtuvo su
doctorado en astrofísica y ciencias
espaciales en la Universidad de
París, Francia. Preside la división
H sobre “Medio Interestelar
y Universo Local” de la Unión
Astronómica Internacional (UAI).
Foto: Gentileza Mónica Rubio.
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Revista de Educación •
Conversando a fondo
¿Qué significó para Ud. haber ganado el Premio
Nacional de Ciencias Exactas 2021?
Un honor y un reconocimiento a tantos años de
trabajo dedicada a lo que ha sido la pasión de mi vida, que
es el estudio del cielo y la astronomía. Algo inesperado,
sorpresivo. Estoy muy agradecida del jurado que me
seleccionó. Los candidatos eran todos muy buenos y tuve
la fortuna de que se decidieran por mí. Así es que me
siento muy orgullosa, honrada y contenta.
Recuerdo que estaba en mi casa, preparándome
para el matrimonio de mi hijo, que se casaba a mediodía,
cuando recibí la llamada del ministro de Educación, Raúl
Figueroa. Estaba totalmente concentrada en ese día, que
era tan importante para mi hijo y para nosotros como
familia, así que fue una emoción tremenda. Todo el día fue
muy emocionante.
¿Qué la motivó a incursionar en las ciencias? ¿Cómo
fue que llegó a la astronomía?
Era muy chica, estaba en el colegio, en esa época
veraneábamos con mi familia en un campo en la zona de
Matanzas (localidad costera de Chile, perteneciente a la
comuna de Navidad, en la Región de O'Higgins). Salía
a caminar en las noches con mis papás, mirábamos la
luna. Y con mis hermanos también salíamos a mirar las
luciérnagas, los días en que no había luna llena. A mí me
llamaban la atención esos puntitos brillantes en el cielo.
Después, mi mamá se enteró de que había una
asociación de aficionados de astronomía -la Asociación
Chilena de Astronomía y Astronáutica (ACHAYA)- que
ofrecía un curso, me lo mostró y yo dije: “Me encantaría
inscribirme”. Y así partí como astrónoma aficionada a
los 15 años. Pasé toda la enseñanza media, los sábados,
mirando por el telescopio en El Arrayán, en el Pochoco.
Algunos tíos me regalaban libros, me encantó uno de Isaac
Azimov (escritor estadounidense de origen ruso), así fui
incursionando en esta área.
¿Qué es la astronomía y cuál es la importancia para
nuestro mundo?
La astronomía se hace preguntas que todas las
sociedades, desde sus orígenes, se han hecho: ¿qué
somos?, ¿dónde estamos?, ¿hacia dónde vamos? Son
preguntas filosóficas esenciales del ser humano. Y las
estrellas y el cielo siempre acompañaron, desde un
comienzo, a los seres humanos. Para los antiguos, tenía
mucha importancia el cielo. Las estrellas eran las que
permitían guiar a los comerciantes desde un lugar del
mundo a otro, eran muy útiles para la navegación. Ahora
vemos eso como algo lejano, pero por muchos siglos las
estrellas y el cielo fueron la guía de la humanidad.
Ud. es doctora en astrofísica y además es una de las
pocas radioastrónomas del mundo. ¿En qué consisten
esas disciplinas?
La astrofísica apunta a estudiar el Universo, pero de
formas en que no solamente basta mirar el cielo, sino
que hay que entender los procesos físicos qué están
ocurriendo allí para captar, por ejemplo, cómo las estrellas
generan su energía. Uno lo que hace es aplicar la física,
que estudia la naturaleza con sus leyes, a los cuerpos que
están en el Universo.
La astronomía, en cambio, es un concepto más amplio.
Parte de la observación, de mirar, de tomar imágenes, o
antes dibujos, de las constelaciones. Y después, cuando la
física se desarrolla se empiezan a explicar estos procesos
de los cuerpos celestes y se habla de astrofísica.
Y en el caso de la radioastronomía, estudia los
procesos que no emiten luz. Porque las estrellas las vemos,
y se han desarrollado telescopios ópticos, que son una
extensión de nuestros ojos. Pero hay zonas en el Universo
y en nuestra galaxia que son oscuras, no emiten luz. Y de
esas zonas, afortunadamente el Universo nos da pistas
mediante ondas de radio.
¿Cómo ha sido su experiencia al incursionar en esos
ámbitos tradicionalmente masculinos?
Efectivamente, éste es un campo, así como las
matemáticas y las ingenierías, dominado por varones.
Somos pocas todavía las mujeres, pero vamos en aumento.
Cuando quise estudiar astronomía fui al único lugar
donde se dictaba esa disciplina en nuestro país, que era
la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. La
mayoría de mis compañeros fueron hombres y tuve una
muy buena relación con ellos, estudiábamos juntos, así
que en esa etapa no sentí ninguna diferencia.
Más adelante, cuando uno empieza a trabajar y a
tomar puestos de más responsabilidad, ahí se pone más
difícil. Son mundos más masculinos, con códigos y horarios
más masculinos. Yo quería ser mamá, privilegié eso. Y
después hubo que trabajar más fuerte y hacer más cosas
para llegar al mismo punto donde estaban los colegas
varones de la generación de uno.
“HOY EN DÍA TENEMOS UN MAPA COMPLETO DE
LA GALAXIA WLM”
¿Cuáles son las principales líneas o proyectos de
investigación en los que trabaja actualmente?
Uno de ellos es acerca de las regiones en que nacen
las estrellas, específicamente en la galaxia la “Pequeña
Nube de Magallanes”. Hemos sido capaces de hacer
una investigación muy completa de las propiedades de