Previous Page  18 / 54 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 18 / 54 Next Page
Page Background

18

Revista de Educación •

Conversando a fondo

Ése es el nombre de la investigación efectuada por

Daniel Halpern, profesor asociado en la Facultad de

Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de

Chile; junto a las investigadoras Martina Piña y Constanza

Ortega-Gunckel, de esa misma casa de estudios.

Publicada en 2020 en la Revista Comunicar (Revista

Científica de Educomunicación), allí se compara el

impacto que tiene estudiar con apuntes escritos a mano,

WhatsApp, YouTube y navegando por Internet, en el

rendimiento académico, a través de un método mixto

que combina 31 grupos focales y una encuesta a 7.217

estudiantes de 12 a 18 años en Chile.

“El análisis de los grupos focales muestra que el buen uso

de tecnologías al estudiar dependería de la capacidad de

los estudiantes para controlar y hacer un uso eficiente de

los recursos digitales disponibles, de sus motivaciones

individuales y de la habilidad que tienen para buscar

y evaluar la información en Internet. Por su parte, los

resultados de la encuesta concluyen que aquellos jóvenes

que estudian con mayor frecuencia con sus apuntes

presentan un promedio de calificaciones más alto y los

que estudian frecuentemente con YouTube y WhatsApp,

un promedio de calificaciones más bajo, sin encontrar

diferencias significativas en el caso de los navegadores

de Internet. Esto reforzaría la necesidad observada

por académicos de generar políticas que promuevan

la alfabetización digital tanto dentro como fuera del

colegio”, señala el estudio.

Allí se destaca que “el proceso de toma de apuntes con

lápiz y papel ayudaría a un mejor recuerdo del contenido

(Aragón et al., 2016), debido a que tomar apuntes de esta

forma implica poner en práctica una serie de estrategias

de aprendizaje que estimulan el proceso cognitivo (Roux

& Anzures-González, 2015) y que hablarían de una actitud

activa con una mayor motivación en poner atención en

clases. A su vez, el centrarse en los apuntes permitiría

aislar distracciones y focalizarse solo en estudiar, y no en

las notificaciones cuando lo hacen por una pantalla, con el

celular como principal distractor”.

Y se deja también claro que “las tecnologías son un

aporte, siempre y cuando, sean utilizadas como un

apoyo y no un reemplazo del estudio con los apuntes

(ya que lo último disminuiría el rendimiento académico),

pensando en que en casos puntuales puede servir para

hacer eficiente el proceso de estudio y que serviría para

aumentar la motivación de los estudiantes (Noor-Ul-Amin,

2013; Ruiz, 2013)”.

Estudio completo en: Comunicar, nº 64, v. XXVIII, 2020.

Revista Científica de Educomunicación. Páginas: 39 a 48.

www.revistacomunicar.com

y

www.comunicarjournal.com

El rendimiento escolar: Nuevos recursos

multimedia frente a los apuntes tradicionales

de la oficina, es decir, van a funcionar como los turnos de

los mineros. Ésa es una tendencia. En

EE.UU

. ahora están

calculando cuánto ahorra una persona al trabajar en mo-

dalidad híbrida, porque ya no tiene que vivir en la ciudad,

cerca de la oficina. Y muchos de los edificios corporativos

están incluso pasando a ser residenciales.

Y en la educación universitaria está ocurriendo algo

sorprendente. En los programas de magísteres y diploma-

dos que dirijo en la Pontificia Universidad Católica (PUC),

tengo a profesores extraordinarios, que no los habría

podido traer a Chile por el tema de pasajes, estadía,

viáticos, las horas de viaje y otra serie de costos que ellos

tenían que asumir. Entonces, creo que esto va a permitir el

desarrollo de nuevas competencias y herramientas, porque

vamos a tener mejor acceso a docentes especialistas.

¿Y esto lo empezaremos a ver a nivel escolar o es algo

que Ud. visualiza solo en la educación superior?

¡Esto es genial! ¡Es tremendo! Imaginemos un colegio

común de alguna zona alejada, de cualquier región. Tiene

sus profesores y alumnos, pero ahora se les abrió el mun-

do. Tendrán la oportunidad de tener docentes especialis-

tas: alguien que quizá enseñe de mejor forma un idioma o

a tocar un instrumento, por ejemplo. Los alumnos estarán

en el aula, en su sala de clases, pero el experto no. Eso

también es un modelo híbrido.

En educación básica, es fundamental la relación

que genera el docente con el estudiante, la cercanía, el

cariño, la motivación, el “engagement” como se dice en

inglés. Él o ella siente que si no estudia le está fallando

al profesor, porque la relación que se genera es muy