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Revista de Educación •
Tendencias
Las habilidades que predicen
el éxito en la lectoescritura
Éstas varían según las diferentes edades o niveles
educativos:
• Kínder a 2°básico: conciencia fonológica,
correspondencia grafía-fonema, automaticidad.
En esta etapa, explica Catherine Snow, adquieren
la habilidad de entender y manejar los principios
alfabéticos, cómo las letras o los grafemas suenan,
cuáles son los patrones y regularidades de esa
relación, entre otros. Así cuando los estudiantes ya
están en 2° básico pueden leer, algunos más lento
que otros, y tienen una fluidez automática.
• 3° a 5° básico: aprendizaje de contenido y
del lenguaje para debatirlo, construcción de
automaticidad.
Esto requiere de un contenido atractivo y una
perspectiva de desarrollo, a fin de evitar la
experiencia muy frecuente de que los niños han
adquirido las habilidades básicas y piensan que leer
es pronunciar las palabras de manera correcta, en vez
de un proceso para aprender y apoyar discusiones.
“En este período del desarrollo tenemos que
aumentar la lectura de textos que les hagan sentido,
que les sirvan para resolver problemas o entender
cosas que son relevantes para sus propias vidas.
Muchas veces lo que vemos en la sala de clases es
que los profesores tienen metas de aprendizaje muy
razonables, pero que no están conectadas con lo
que involucra a sus estudiantes. Explicar el por qué
estamos haciendo determinada actividad, cuál es el
punto de esto, es un pequeño paso hacia reclutar a los
estudiantes para que participen en su aprendizaje”,
señala la docente.
• Kínder a IV medio: vocabulario, conocimiento del
mundo, pensamiento crítico.
Para esto se requiere de debate y tareas auténticas.
Snow señala que es muy importante dar este tipo
de tareas a los alumnos, por ejemplo, instarlos a que
aprendan acerca de un problema en ciencias o de
un fenómeno en la historia en vez de esperar que
ellos pasivamente absorban la información acerca
de esos contenidos. “Y ahí entra la discusión, si le
damos a los estudiantes más oportunidades para
discutir uno con el otro y con sus profesores esos
entendimientos parciales que han desarrollado. Ésa
es una contribución valiosa para construir todas estas
habilidades hasta IV medio”, dice.
Una recomendación general a los docentes: no forzar
a los niños que ya saben leer palabras a pasar por
interminables ejercicios de decodificación, es mejor
que lean libros para que aumenten su fluidez. Y no
forzar a aquellos que todavía no manejan el principio
alfabético a que aprendan a leer porque van a resolver
ese problema memorizando el texto en vez de mejorar
sus habilidades de lectura.
científicos? Consideran fuentes conflictivas de datos y tratan
de resolverlas pensando qué funciona mejor y que no”,
agrega la experta.
FACTORES QUE INCIDEN EN UN BUEN DEBATE
Es fundamental que haya un reconocimiento de la
necesidad de establecer el debate en todos los niveles del
establecimiento escolar. Ello implica entregar a los docentes
el apoyo que necesitan, convencer a todos de que vale la
pena el tiempo invertido, y poner en marcha esta técnica
tempranamente para que las normas y habilidades estén bien
establecidas en los niveles de 7° y 8° básico.
Además, se requiere intervenir el currículum de manera
intencionada, en otras palabras, planificar cuidadosamente
cada debate con antelación, no es algo que se improvisa. Y,
por supuesto, “es clave para generar un buen debate buscar
que los estudiantes expongan una respuesta legítima,
independientemente de si es correcta o no, porque es la
forma en que ellos lo hicieron”, explica Catherine Snow.
Con hechos históricos propiamente tales, el debate
tampoco funciona, pero con escenarios históricos hipotéticos
y con motivaciones históricas sí. “Se pueden abordar
preguntas como “¿Abraham Lincoln era racista porque
no emancipó a los esclavos antes? ¿Tenía las habilidades
políticas correctas para esperar el momento correcto para
liberar a los esclavos? Ése es el tipo de pregunta que hace
que los estudiantes se interesen en leer acerca de la historia”,
señala Snow.
Y respecto de la ciencia, los hechos científicos bien
establecidos no resultan para producir un debate, pero sí la
interpretación de datos y resolución de desacuerdos, que son
procesos esenciales en la ciencia. “¿Qué es lo que hacen los




