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Revista de Educación •
Tendencias
Incluso se puede hacer algo más expositivo, donde unos
debaten y otros observan. “Llegar a una clase y tener una
discusión productiva y que sea consistente es un proceso
gradual. No es algo que ocurra el primer día de clases. Y no
tiene que ser un proceso intrusivo, pueden ser discusiones de
5 o 10 minutos. ¡Pero hay un potencial de efectos positivos!
Cualquier método de discusión adicional puede tener
consecuencias en una mayor motivación de los estudiantes”.
TRANSVERSAL A TODAS LAS ASIGNATURAS
Obviamente, en una clase de matemática el debate
no se puede centrar en discutir si 2 +2 es 4. Pero sí se
pueden discutir cuántas formas diferentes hay para llegar
a una misma respuesta. “También podemos preguntar a
un alumno: ¿cómo sabes que esa respuesta es correcta?,
¿por qué piensas eso? Ésas son preguntas abiertas, para
Otra posibilidad en clase es que primero cada estudiante
hable con su compañero de banco y después entre los dos
desarrollen ideas. Luego, levantan la mano. Y una vez que
todos los niños tienen la mano arriba, el profesor/a les puede
decir: “Todos van a tener la oportunidad de hablar, pero
primero tienen que escuchar”. Esto es más importante de lo
que aparece a primera vista, pues “escuchar es una de las
habilidades más importantes para poder participar de forma
efectiva en una discusión”, dice la docente.
Se puede practicar esta metodología en grupos de
tres. Y también en lo que ella ha llamado “cuatro esquinas”:
aquí cada grupo de alumnos/as conversa en una esquina
de la sala cómo defendería su posición y luego envía a
un representante al centro para explicar a toda la clase
por qué su grupo está de acuerdo o en desacuerdo con
determinado tema.
“¿Los niños en el colegio quieren aprender a leer?
La mayoría sí. Lo hacen y saben que eso es lo que
tienen que hacer, pero no necesariamente entienden
lo que significa ser letrado, el poder de las palabras.
Y ser letrado en mi interpretación es entender la
riqueza que está disponible al leer”.
Catherine Snow, docente de la Escuela de Educación
de la Universidad de Harvard.
Foto: Gentileza Catherine Snow.




