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CULTURA
Revista de Educación Nº 386
Por fin llegó el momento de triunfar
En medio de la precariedad escribió una
tragedia titulada “Afsol” y logró que el
director del Teatro Real, Jonas Collin, lo
recibiera, le reconociera su talento y se
declarara su protector. Pronto le consiguió
una beca del rey D. Federico VI, en el
Colegio Slagelsée. Si bien allí estudió con
interés y afán latín, griego, matemáticas,
humanidades y poesía (clase en la que
destacó), ésta fue para él una etapa muy
dura, ya que tenía 17 años y sus compañeros
promediaban los 11. No pudo hacer amigos
ni ganarse la confianza de sus profesores,
“Fue un martirio”, confesó en sus memorias.
Pese a todo, rindió exámenes y en 1828,
ingresó a la Universidad de Copenhague a
estudiar Filología y Filosofía.
Pronto escribiría su primera obra seria,
titulada “Viaje al pie del canal de Holin, en
la punta oriental de Amager”. Y como no
tuvo editor, debió publicarla por cuenta
propia. “La primera edición se agotó rápido,
sus compañeros lo felicitaban y la obra
poética corría de mano en mano”, apuntan
sus biógrafos. Este es el comienzo de la
fortuna de Andersen. Un año después, tras
un brillante examen de Filología y Filosofía,
terminó sus estudios universitarios.
En 1830 publicó con éxito sus poesías
“Digte”. Y dos años más tarde su protector,
Collin, le consiguió un “estipendio de viaje”
de parte del monarca y pudo ir a estudiar
las lenguas, usos, costumbres y la poesía
de Alemania, Suiza, Italia y Francia. Las
traducciones de sus obras al idioma alemán
le sirvieron para ser naturalizado en el resto
de Europa e imponerse en los gustos.
Por esa época escribió una de sus
mejores novelas: “El Improvisador”. Siguió
recorriendo subvencionado por el rey, viajó
también por Asia y África y escribió “Bazar
del poeta” (1842). Entre 1845 y 1846 estuvo
en Berlín y de ahí se dirigió a Leipzing, el
primer centro editorial de Europa, donde
preparó la edición completa de sus obras
(35 volúmenes).
Sus viajes y excursiones siempre eran
intercalados con publicaciones de
importantes obras de todos los géneros:
novelas, cuentos, dramas, comedias,
zarzuelas, trabajos periodísticos y otros. Sin
duda, lo más destacado de su producción
literaria es su colección de cuentos
infantiles (más de 200). Ahí aparecen
títulos como: “El soldadito de plomo”, “La
sirenita”, “Pulgarcita”, “Zapatillas rojas”, “El
traje nuevo del emperador”, “La pequeña
vendedora de fósforos”, “La reina de las
nieves”, “Las habichuelas mágicas”, “El ave
fénix”, “El ruiseñor”, “La familia feliz”, “El
elfo del rosal”, “El ángel”, “La hoja del cielo”
y tantos otros.
El 2 de abril de 1875, aniversario de su
nacimiento, el rey lo nombró Comendador
de la Orden de Danebreg. Poco lo disfrutó,
en agosto de ese mismo año, murió en
su residencia de Rolighed, a los 70 años,
luego de complicaciones por una aparatosa
caída de su cama. La noticia provocó
gran impresión y tristeza en el reino de
Dinamarca y el resto de los países donde
era tan apreciada su obra.
Gentileza: Odense Bys Museer/ Fotógrafo Henrik
Tilemann.
"EN MEDIO DE LA
PRECARIEDAD ESCRIBIÓ
UNA TRAGEDIA TITULADA
‘AFSOL’ Y LOGRÓ QUE EL
DIRECTOR DEL TEATRO
REAL, JONAS COLLIN, LO
RECIBIERA, LE RECONOCIERA
SU TALENTO Y SE DECLARARA
SU PROTECTOR. PRONTO LE
CONSIGUIÓ UNA BECA DEL
REY D. FEDERICO VI, EN EL
COLEGIO SLAGELSÉE".