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Revista de Educación Nº 386
CULTURA
“L
a mayoría de las personas
que caminen atrás de mí
serán niños, por lo que
mantendré los pasos cortos”,
aseguró el escritor y fue plasmando su
particular carácter y situaciones de su
azarosa existencia en todas sus obras. Él
mismo se retrató en “El cuento de mi vida”,
un relato íntimo que no figura entre los más
conocidos, pero que es tan cautivador como
los otros cientos de cuentos que escribió
dejando en cada uno la huella de su alma.
Leído en todo el mundo por varias
generaciones de niños y jóvenes, traducido
a casi cien idiomas, Hans Christian Andersen
fue y sigue siendo un artista multifacético
genial, un “revolucionario” del cuento
infantil, por eso le vale el título del escritor
escandinavo más famoso del mundo con
la vigencia total de sus obras. Un ejemplo
cercano, “El Patito Feo”, que hoy figura
entre los más leídos en los registros del
nivel prebásico de la Biblioteca Digital
Escolar, plataforma online del Ministerio
de Educación
(bdescolar.mineduc.cl).
Enfrentando la adversidad en solitario
En sus relatos abundan los seres
sobrenaturales como duendes, troles,
brujas y elfos. Se sabe que cuando oyó
leer las “Mil y una noches” quedó tan
maravillado que la empezó a representar
en un “teatrito mecánico”, en donde daba
todo tipo de obras en boga en la época.
A los 12 años se atrevió a escribir un
drama: “Una tragedia en la cual moría
todo el mundo”, recordaría años después.
Y también preparó otra de reyes que
hablaban mezclando el idioma francés,
el inglés y el alemán, “para que nadie los
confunda con el vulgo”, justificó, dejando
entrever que él, inconscientemente,
aspiraba a ocupar los espacios donde se
movía la nobleza.
En septiembre de 1819, con tan solo 14
años se fue a buscar suerte a Copenhague,
la ciudad capital. Dejaba atrás una casa
pobre y una madre viuda que lidiaba con
su adicción al alcohol. Iba ansioso de
celebridad, dispuesto a escapar de sus
raíces y a triunfar en teatro, danza, canto o
cualquier manifestación de índole artística.
Pero debió pasar hambre, frustración y
soledad antes de ver la luz de sus anhelos,
pues la sociedad danesa del siglo XIX era
clasista, con gran diferencia entre ricos y
pobres y escasa movilidad social.
Ejemplo de sus penurias. Un día pidió
trabajo en un teatro, fue rechazado por
estar “muy flaco y no ser lo suficientemente
instruido”, pero lo dejaron como aprendiz
de carpintero, a los pocos días se retiró
porque se burlaban de él. Sin darse por
vencido, acudió al Conservatorio de
Música, causó buena impresión y lo dejaron
de cantante, sin embargo, lo pilló el crudo
invierno sin la ropa de abrigo adecuada, se
Hans Christian Andersen nació el 2
de abril de 1805 en Odense, en la isla
Fionia, Dinamarca. Aunque descendía
de acomodados campesinos, su abuelo
paterno padeció de enajenación mental
y la familia cayó en la pobreza. Su padre
quedó sin educación formal y no pasó de
ser un modesto zapatero y su madre, una
lavandera analfabeta. En ese ambiente
de escasez familiar fue creciendo lleno
de privaciones, sin embargo, sus dotes
artísticas asomaron tempranamente en
contacto con su entorno. Creció en una
comunidad rural supersticiosa, en la que se
enseñaba casi todo por transmisión oral.
Escuchó desde muy pequeño leyendas del
folclor escandinavo y cuentos populares,
así cultivó con fuerza su imaginación y
creatividad.
enfermó de catarro, se puso ronco y perdió
su magnífica voz de soprano.
Abandonado a sí mismo, se puso a escribir
obras para escenificar y empezó a vagar por
los círculos de arte. Dicen que en ciertas
reuniones lo recibían para divertirse con
sus “extravagancias” y con su dominio
de la técnica del recorte en papel. Otros
pocos hacían intento de darle algún tipo de
protección ymuchos le cerraban las puertas.
“A LOS 12 AÑOS SE
ATREVIÓ A ESCRIBIR
UN DRAMA: ‘UNA
TRAGEDIA EN LA
CUAL MORÍA TODO EL
MUNDO’, RECORDARÍA
AÑOS DESPUÉS.
Y TAMBIÉN PREPARÓ
OTRA DE REYES
QUE HABLABAN
MEZCLANDO
FRANCÉS, EL INGLÉS Y
EL ALEMÁN”.