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Revista de Educación •

Conversando a fondo

Revista de Educación •

Conversando a fondo

Y en el plano socioemocional, ¿qué se piensa hacer

desde el Mineduc, involucrando a los estudiantes,

docentes y apoderados?

Lanzamos la Política de Reactivación Educativa Integral

“Seamos Comunidad”, que es la respuesta a los efectos

“Queremos avanzar

en todos los elementos

de formación más

transversales”

¿Cuáles son las metas del Mineduc para este año, a

corto, mediano y largo plazo?

Primero, volver a echar a andar el sistema, que funcionen

los colegios con toda la asistencia y ojalá con todos los

espacios escolares, incluida la Jornada Escolar Com-

pleta. Entiendo que hay que hacer una revisión de ella

porque probablemente perdió su sentido original, pero

eso no significa que la eliminemos; más bien, hay que

resignificarla con otras actividades que sean de extensión

y creo que eso debe incorporarse en el currículum.

También, avanzar en todos los elementos de formación

más transversales, que cruzan la vida curricular: la convi-

vencia, la afectividad, la sexualidad, el género, la ciuda-

danía, que son factores de enorme relevancia.

Y lo otro importante es ordenar varias cosas, como el Sis-

tema de Admisión Escolar, que funciona muy bien, pero

no contempló el año pasado el aumento de la pobla-

ción escolar y ahora tenemos un déficit de cupos. Hacia

donde vamos la gente reclama que está esperando por

un cupo. Eso no se contempló porque las soluciones que

se daban eran del tipo “vayan a hacer exámenes libres”.

Nunca se consideró la reactivación y la apertura de las

escuelas.

Si se hubiera previsto esto, se habría conversado con los

alcaldes para ver qué capacidad ociosa tienen en las es-

cuelas. La alcaldesa de San Miguel me contó que tienen

un liceo muy grande, pero que ahora funciona como

bodega. Se cerró cuando bajó la matrícula municipal. Me

dijo: “tengo 6 mil estudiantes de la comuna que salen a

estudiar a otras partes porque acá no les queda matrícu-

la”. Y es que, como el mundo municipal disminuyó tanto,

muchas escuelas cerraron, se transformaron en consul-

torios, oficinas de jardinería y ornato y otros. Nosotros

debiéramos estar abriendo y abriendo escuelas. Sería un

triunfo que la educación pública vuelva a abrir escuelas.

¿Qué se espera de los funcionarios del Mineduc en

esta tarea?

Lo primero es reconocer y agradecer el trabajo que

han hecho durante toda su trayectoria. Mi experiencia

intervención, no retar al niño que, a fin de cuentas, está

reproduciendo un patrón. El desafío es ¿cómo me hago

cargo para que la situación completa sea una experiencia

educativa?

En esos casos, tengo que detener la clase y hacer una

intervención. Preguntarle al estudiante: ¿Cuál es la razón

por la que dijiste eso? ¿Qué pasó con esta situación?

¿Cuál fue tu reacción? ¿De qué manera esto daña a los

otros? ¿Cómo te sentiste tú estando dañado? Si es que

puedo, lo hago públicamente, y si no, en privado. De esta

manera, genero una situación profundamente educativa.

Cuando vinieron recientemente estudiantes al Minis-

terio de Educación para reclamar por la violencia y

el acoso en las escuelas, ¿qué sensación le dio, qué le

comentaron las jóvenes?

Estaban bien agradecidas de que las hubiésemos reci-

bido. Después las acompañé un punto de prensa y a la

oficina de partes a dejar la carta. Es lo que yo siempre

he hecho siendo profesor, siendo director de escuelas,

acompañar.

Pero ese gesto descoloca…

A mí me parece natural, es lo que uno haría en el ejerci-

cio de la docencia, porque ellos vienen a hablar, distinto

sería si quisieran tomarse el ministerio. Una semana

después vino un grupo de la CONFECH (Confederación

“El año pasado más

del 90% de las escuelas

estaban abiertas, pero la

asistencia fue del 40%”

de Estudiantes de Chile) y cuando se iban, me contaron

que había una marcha. Yo les dije que se tenían que cui-

dar. Deben haber pensado: “qué se mete este caballero”

(sonríe).

La educación es pura comunicación, a fin de cuentas

Es empatía, pero no una cualquiera. Es empatía incluso

respecto de cosas que a uno le molestan; hay que ser

capaz de decir con cariño y respeto aquello que uno

encuentra que no está bien. La empatía y mostrar ca-

pacidad de diálogo no implica que uno necesariamente

vaya a estar de acuerdo con todo. Se trata de acoger,

escuchar.

y las brechas que provocó la pandemia. Tiene varios

componentes y uno de ellos es justamente el socioemo-

cional o afectivo. Además, entregamos orientaciones que

sugieren la realización de actividades en las escuelas y

liceos, para que tengan espacios de conexión socioemo-

cional, y dimos la posibilidad de que los establecimientos

con Jornada Escolar Completa la flexibilizaran.

Yo no estoy contra la presencialidad, al contrario, la apo-

yamos. La diferencia es que nosotros creemos que esa

presencialidad pudo haber sido gradual para no haber

provocado este estallido. Lo que venían señalando todos

los estudiantes es que la pandemia y el aislamiento im-

pidieron el desarrollo de la conexión comunitaria. Cosas

como la confirmación de la identidad, en el caso de los

niños más grandes, o el valor de la autonomía, se vieron

fuertemente remecidas con las ocho horas de clases.

No hubo preparación para el regreso a clases, esa fue mi

crítica.

La vuelta a clases pudo haber sido gradual. Por ejemplo,

en la primera semana de marzo, se pudo haber comen-

zado con los estudiantes de 1° a 4° básico; en la segunda

semana de marzo con los de 5° a 8° básico; y en la terce-

ra semana con la enseñanza media. Hubiésemos tenido

el sistema completo instalado en el mes de abril. A esas

alturas, además, habrían bajado los contagios y habría

aumentado la vacunación de los niños.

Es cierto, el año pasado más del 90% de las escuelas

estaban abiertas, pero la asistencia siempre fue alrededor

del 40%. Nunca uno tuvo las escuelas llenas como ahora.

¡Imaginen lo que eso significa! Un niño de 3° básico estu-

vo sin sus compañeros, no jugó durante un buen tiempo,

perdió su socialización, y de repente ahora en marzo

vuelve a jugar, entonces le pega a otro, y si es más grande

ya no le pega un combo, le da una patada, en fin.

¿Cómo se puede trabajar la violencia escolar?

Es fundamental entender el problema de la convivencia

escolar y la salud mental de manera educativa. No resol-

veremos nada si incorporamos solo elementos sanciona-

torios o si nos fijamos únicamente en aquello que dicen

los distintos protocolos.

Además de las orientaciones a las que me referí antes, el

19 de abril realizamos la Primera Jornada de Educación

No Sexista. Y contamos con un Consejo Asesor para la

Convivencia y la No Violencia, integrado por especia-

listas del mundo de la psiquiatría y de la salud mental,

quienes van a plantear una serie de recomendaciones

para el sistema escolar.