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Revista de Educación •
Política educativa
“Mi historia con la ciencia no parte ahora de adulta. De
hecho, mi primer acercamiento fue gracias a mi mamá.
Cuando nací, ella estudiaba Química en la universidad,
entonces la acompañaba al laboratorio muchas veces y si
no tenía con quién dejarme, me llevaba a sus clases. Ella
me fomentó la curiosidad, el hacerme preguntas y observar
la naturaleza. Y cuando ya estaba en 1° básico me inculcó
el hábito del estudio, no se trataba de estar largas horas en
eso sino de repasar todos los días lo que había visto en el
colegio”, relata esta joven de 27 años durante una charla
realizada desde Austria, donde cursa un doctorado, en el
marco del Festival STEM 2021.
En 7° básico se incorporó a la Academia de Ciencias
del Colegio San Agustín de Copiapó, en la Región de
Atacama, que dirigía la profesora Ana García. “Me
acuerdo muy bien que nuestra primera salida a terreno
fue ir al desierto a observar las estrellas, al Cerro Venado
Norte, que se ubica cerca del sector Inca de Oro, a unos
40 km. de Copiapó. Ese episodio en mi vida me impactó
demasiado. Sentí que podía tocar las estrellas, que las
podía alcanzar. Me enamoré de la ciencia y dije: ‘Esto es lo
mío’. Y así seguí participando en esa academia, aprendí el
método científico, a investigar. ¡Tuve la suerte de tener una
profesora muy motivada!”
Participó en varias ferias científicas escolares. Y a sus
17 años, se hizo la siguiente pregunta: “¿Qué estrellas
que tienen exoplanetas (planetas que giran alrededor
de una estrella que no es nuestro sol) son visibles desde
Copiapó?” Y comenzó a investigar. Se encontró con
fórmulas matemáticas que no comprendía, pero eso
no la detuvo. Le escribió a la astrónoma Nidia Morel
del Observatorio Las Campanas, quien le explicó estas
fórmulas y así pudo aplicarlas a los datos que tenía y saber,
finalmente, la respuesta que tanto buscaba. Luego, creó
un mapa del cielo con las estrellas que tienen exoplanetas
y lo expuso en el Congreso de Astronomía Escolar que
tuvo lugar en Antofagasta. Y con el apoyo de una empresa
"Sentí que
podía tocar
las estrellas"
Foto: Gentileza de Valeska Zambra.
Valeska Zambra, física chilena
minera, desarrolló un software educativo de astronomía
con el que se pueden identificar aquellas estrellas visibles
en el hemisferio sur que poseen exoplanetas, descubrir
en qué meses son visibles esas estrellas y catalogar las
constelaciones a las que pertenecen.
Mientras estudiaba el tercer año de Física en la
Universidad de Chile, comenzó a investigar los cristales
líquidos, que son un estado de la materia y que están
presentes en objetos de la vida cotidiana como el
celular y la pantalla del computador o de la TV. Cursó un
magíster sobre el tema, concretamente sobre los vórtices
de estos cristales, que son una suerte de remolinos. El
experimento consistía en aplicar corriente a una capa de
cristal líquido, lo que produce que las moléculas cambien
su orientación generando estos remolinos. Un día les
aplicó una carga de voltaje muy baja y observó a través
del microscopio que se formaban unas estructuras muy
particulares, les tomó una foto y la envió a un concurso
internacional: la Royal Society (la academia de ciencias
de Gran Bretaña, una de las más antiguas del mundo) la
distinguió como una de las mejores imágenes científicas
de 2018.
Hoy es investigadora del Instituto Milenio de Investigación
en Óptica (MIRO) y del Departamento de Física de la
Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de
la Universidad de Chile. Y forma parte del equipo de
científicos de esas instituciones que logró inducir un nuevo
estado exótico de la materia, investigación liderada por
Marcel G. Clerc, profesor titular de la Universidad de Chile
y en la que participó también Michal Antoni Kowalczyk,
del Departamento de Ingeniería Matemática y del Centro
de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile.
Le invitamos a ver la charla completa de Valeska
Zambra en el Festival STEM 2021, en la cuenta de
YouTube del Ministerio de Educación:
youtube.com/watch?v=tThSk49l0I0