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Revista de Educación •
Zona pedagógica
reforzar los conocimientos de los docentes en aprendizajes
previos sobre Objetivos de Aprendizajes específicos,
y alrededor de 40 clases demostrativas, que buscan
compartir experiencias sobre cómo abordar aspectos
desafiantes de los Objetivos de Aprendizaje priorizados a
través de la modelación de una clase real.
Por otra parte, el Plan también apunta a desarrollar el
gusto por la lectura y escritura, para que niños y jóvenes
experimenten con el lenguaje y la creatividad, ofreciendo una
oportunidad única de trabajo con temas de interés personal
y social, encuentren una voz propia, reflexionen sobre sí
mismos y sobre la vida, y jueguen con las palabras. Los
recursos a utilizar, en específico, serán los Diarios de Escritura,
que forman parte del Plan Nacional de Escritura y que fueron
creados como un apoyo para implementar los objetivos
relacionados con la escritura libre del currículum vigente.
PREVENCIÓN DE LA DESERCIÓN ESCOLAR
Para estos efectos, Escuelas Arriba propone
diversas acciones y herramientas que permitan alertar
tempranamente a los establecimientos sobre posibles
casos de ausentismo crónico, y con ello, de deserción
escolar, entre éstos, el uso de la Plataforma de Sistema
de Alerta Temprana (SAT), instrumento que sirve para
identificar a los estudiantes que están en riesgo de salir del
sistema escolar y obtener información oportuna sobre las
causas que originan este problema.
También se propone la creación de un Comité
de Deserción Escolar que permita instalar una visión
pedagógica sobre la importancia de la asistencia a clases y
las consecuencias del ausentismo crónico y deserción escolar,
tanto en el ámbito académico como social del estudiante.
UN SELLO CON TRES PILARES
Finalmente, para la adecuada implementación del Plan,
es preciso conseguir el desarrollo de una identidad entre sus
participantes, de manera que puedan apropiarse del sello
Escuelas Arriba con sus tres pilares: las altas expectativas,
el trabajo colaborativo y el liderazgo pedagógico; los
que constituyen una condición esencial para movilizar los
cambios al interior de los establecimientos.
“Necesitamos directores que empleen su tiempo en lo
más importante, que estén involucrados con el aprendizaje
y acompañando de cerca a sus docentes. Necesitamos
comunidades educativas convencidísimas de que todos
los estudiantes pueden aprender, sin importar el contexto.
Por último, entender que es una tarea de todos, también
de los apoderados. De ahí que un pilar sea el trabajo
colaborativo”, complementa Daniel Crespo.
Con el fin de trabajar estos pilares, las escuelas
tendrán acceso a capacitaciones para docentes y directivos
en torno a la mejora escolar y la relevancia de la educación
socioemocional en la formación; a reportes periódicos de
resultados; a material bibliográfico y recursos audiovisuales
“El 100% de los materiales y recursos
del programa pueden aplicarse tanto
presencialmente como en un modelo híbrido.
Sin perjuicio de ello, no cabe ninguna duda
que retomar la presencialidad acelera la
recuperación de aprendizajes. El año pasado
vimos cómo 1.600 establecimientos abrieron
sus puertas evitando en todos los casos
propagaciones del virus”.
Daniel Crespo, director del Plan Escuelas Arriba.




