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Revista de Educación •
Zona pedagógica
Escuelas Arriba
Al rescate de
los aprendizajes
Tras un año complejo a consecuencia de la pandemia y la suspensión de clases
presenciales, uno de los desafíos que enfrenta el país es la recuperación de
aprendizajes. El Plan Escuelas Arriba nació en 2019 para acompañar a las escuelas
y liceos categorizados con desempeño insu ciente por la Agencia de la Calidad
de la Educación. Este año amplió su margen de acción para atender a todos los
establecimientos del país que necesiten recuperar aprendizajes. A la fecha, ya son más
de 3.100 los establecimientos adscritos a este Plan.
“2
021 será el año de la recuperación
de aprendizajes. El estudio del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió
que los estudiantes más afectados por el COVID-19
podrían perder hasta un 88% de los aprendizajes de un
año. Hay alumnos que no han entrado a sus salas desde
octubre del 2019 y otros que enfrentaron esta situación
dentro de establecimientos que ya venían teniendo
desempeño no adecuado. Lo importante es entender que
nos encontramos frente a una ventana de oportunidades
para poner el foco en lo fundamental y que los estudiantes
del país puedan recuperar y nivelar aprendizajes que el
sistema educativo chileno ha arrastrado por años”, señala
el director del Plan Escuelas Arriba, Daniel Crespo.
Basado en evidencias y metodologías probadas tras
dos años de funcionamiento, el Plan propone un trabajo
en cuatro ámbitos: 1) la recuperación y nivelación de
aprendizajes, 2) el desarrollo de la lectoescritura, 3) la
prevención de la deserción escolar y 4) la generación de
una comunidad educativa que oriente su quehacer en
base a tres pilares fundamentales: las altas expectativas, el
trabajo colaborativo y el liderazgo pedagógico.
MANOS A LA OBRA
Escuelas Arriba es considerado el plan nacional
de nivelación de aprendizajes y tiene como propósito
concentrar todos los esfuerzos en la recuperación,
nivelación, monitoreo y evaluación permanente de los
aprendizajes y sus avances, e ir ajustando la enseñanza
de manera sistemática y contextual, a fin de asegurar que
todos los estudiantes tengan las mejores oportunidades de
aprendizaje posible.
Para ello, propone una metodología que contempla un
proceso cíclico de tres etapas que se repiten por cada uno
de los Objetivos de Aprendizaje a abordar, relacionados a
los Objetivos de nivel 1 del Currículum Priorizado desde
3° básico a 2° medio, y que es lo suficientemente flexible
para que cada establecimiento pueda ampliar o acortar
las etapas de los ciclos según sus necesidades. “Hay que
recordar que el currículum no es una camisa de fuerza ni se
trata de una carrera para ‘pasar todo’. Muchas veces para
avanzar, hay que retroceder”, explica Daniel Crespo.
Toda esta metodología de nivelación viene
acompañada de recursos pedagógicos, tanto para
docentes como para estudiantes, para las asignaturas
de Lenguaje y Matemática, y, además, se pondrá a
disposición del profesorado una plataforma de monitoreo
y evaluación que les permitirá hacer un seguimiento de los
avances de sus estudiantes.
Para complementar este proceso, durante el año
se realizarán más de 80 seminarios de profundización
curricular, cuyo objetivo es intercambiar buenas prácticas y
Por Natalia Yáñez, profesional Plan Escuelas Arriba.




