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PROGRAMA

NUEVOS EMPLEOS Y

OPORTUNIDADES: NEO

CHILE

¿En qué consiste esta

iniciativa que Ud. presentó

recientemente junto a la

ministra de Educación? ¿En

qué etapa se encuentra?

Es una iniciativa pionera en la que

empresas, gobiernos y la sociedad civil

en América Latina y el Caribe trabajan

juntos para mejorar las oportunidades de

empleo de jóvenes de 12 países, incluido

Chile. Es justamente una demostración de

que las alianzas público-privadas en un

territorio son claves para el desarrollo de

la Educación Técnico-Profesional.

En Chile, el proyecto NEO se inició en la

Región de Valparaíso y es una alianza

público-privada en la que participan 15

liceos técnicos y está compuesta por

el Ministerio de Educación, el Servicio

Nacional de Capacitación y Empleo (Sence),

la Comisión del Sistema Nacional de

Certificación de Competencias Laborales

(ChileValora), el Instituto Nacional de

la Juventud (Injuv), la Asociación de

Industriales de Valparaíso (Asiva), Arcos

Dorados y la Fundación Universidad de

Playa Ancha, con la colaboración de

Microsoft Chile.

Una preocupación es que muchos jóvenes

no estudian ni trabajan. En Chile tenemos

buena cobertura en educación, un

porcentaje considerable de estudiantes

termina la enseñanza media. Pero hay un

número no menor que aun habiéndolo

hecho, después no continúan sus estudios

ni trabajan. Ahí el programa NEO pone

su foco: en asegurar trayectoria, en

facilitar la transición desde la educación

al trabajo o a la educación. La meta es

ambiciosa: contribuir al mejoramiento de

la empleabilidad de 12 mil jóvenes de la

Región de Valparaíso.

distintas. Hoy el 40% de la matrícula de

educación media y el 50% de la matrícula

de la educación superior es técnico-

profesional, por tanto hay una tremenda

responsabilidad para la política educativa.

¿Cómo se ha logrado ese

cambio de mentalidad?

Primero, con información, con datos

duros. Hay muchas áreas donde la

empleabilidad de las personas con

formación técnico-profesional es igual

o mayor que aquellos con formación

universitaria, sobre todo en ámbitos

más industriales, más tecnológicos. Se

observan muy buenos resultados de

empleabilidad en el corto plazo, mejores

salarios y retención en las empresas. Eso

se ve en las estadísticas del Ministerio de

Educación, del Sistema de Información de

la Educación Superior (SIES) y en una serie

de estudios desarrollados en la última

década. La Educación Técnico-Profesional

ha sido percibida como una alternativa

de desarrollo profesional por jóvenes

y trabajadores, y eso ha impactado

directamente en sus opciones de empleo.

Han surgido también áreas innovadoras y de

desarrollo que requieren de profesionales

no universitarios, por ejemplo, en salud,

tecnología, logística y otros. En estos

espacios técnicos y profesionales no

universitarios desempeñan tareas

complejas, con aplicación de conocimientos

y competencias específicas, que aportan

fuertemente a la cadena de valor de las

instituciones en que se desenvuelven.

Esto no quiere decir que esas personas

no puedan después completar una

carrera universitaria. Antes a las familias

de menores recursos les resultaba muy

difícil organizar una trayectoria educativa

que no implicara un endeudamiento

significativo y en eso hemos mejorado.

Por primera vez este año disponemos de

mecanismos de Gratuidad para acceder a

la Educación Superior Técnico-Profesional,

que a la fecha representa el 58% de los

beneficiados con la Gratuidad; también

hemos aumentado la cobertura de

las becas del Estado para la Educación

Técnico-Profesional.

Lo anterior y el hecho de que la Educación

Técnico-Profesional sea uno de los ejes de

la Reforma Educacional han permitido que

compartamos la idea de que este sector

necesita una mirada especial, con criterios

propios. Eso se ha ido instalando con mucha

fuerza en la política educativa.

Es un sistema que requiere mejorar su

calidad y su pertinencia, por eso estamos

proponiendo en la ley de educación superior

que la acreditación sea obligatoria en este

segmento y que atienda a las diferencias

entre el sector Técnico-Profesional y el

universitario.

¿Qué ha pasado con

la Estrategia Nacional

de Formación Técnico-

Profesional, que el Consejo

dará a conocer el segundo

semestre?

Hay un plan de trabajo en marcha. Nuestra

expectativa es tener ese documento listo

en septiembre, de tal forma de hacer

entrega de la estrategia 2017-2030 a la

Presidenta Bachelet.

¿Cuáles serán sus principales

directrices? Podría Ud.

adelantarnos algo de eso.

Aún está fresca la discusión en el Consejo,

aunque hay consenso en que éste es un

espacio que tiene que permitir que las

personas cuenten con una trayectoria

socioeducativa y en que eso es un deber

no solo del Estado, también de los actores

del sector privado. No parece razonable

que, por ejemplo, una persona con un título

de nivel medio al acceder a la educación

superior tenga que partir de cero, porque

ya cuenta con conocimientos y habilidades.

Lo mismo para un trabajador, si ya tiene

experiencia de cuatro o cinco años en

un sector y va a la educación superior,

es absurdo que empiece de cero o lo

escolaricen. En Educación Superior, éste

es un espacio de adultos, donde la edad

promedio supera los 23 años y cerca del

40% de la matrícula estudia en horario

vespertino, lo que nos hace suponer que

compatibilizan trabajo y estudios.

CONVERSANDO CON

REVISTA REVEDUC

MINISTERIO DE EDUCACIÓN

Nº 379 /2017

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