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Revista de Educación Nº 375
CULTURA
En un primer momento, luego de la ardua
faena de remoción de escombros, se
levantaron tres galpones provisorios, los
que no contaban con luz ni agua potable. En
esa precariedad se hacía clases. Debido al
hacinamiento, las alumnas se tuvieron que
agrupar en dos cursos, quedando 60 niñas
en un espacio de 30 metros cuadrados, a lo
que se sumó la escasez de equipamiento.
Esto redundó en que el aprendizaje se
volviera demasiado dificultoso y por esta
razón, el 2013, las niñas tuvieron que ser
trasladadas a otras escuelas.
Sin embargo, esto no hizo decaer la
esperanza de quienes creían en la
reconstrucción y la escuela empezó a cobrar
cada vez más fuerza en toda la comunidad.
“Fue entonces que estudiantes y profesores
se comprometieron activamente durante
todo el proceso, sin perder la alegría y
los sueños, los cuales ahora inundan la
nueva escuela”, afirma Diego Vela, Director
Ejecutivo de América Solidaria.
Y agrega que para financiar los trabajos
se hicieron campañas que sensibilizaron
a donantes particulares y a 17 colegios
chilenos, lo que permitió reunir los fondos
necesarios para pensar que el sueño de
revivir la Escuela República de Chile era
posible.
Foto: Gentileza Fernanda Soto.