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Revista de Educación •
Editorial
Jorge Poblete Aedo
Subsecretario de Educación
J
unto con la reanudación de las clases presenciales
en la gran mayoría de los establecimientos del país,
proceso que celebramos y nos llena de esperanza a
quienes trabajamos por la calidad de la educación en Chi-
le, estamos hoy también esperanzados con el lanzamiento
de los nuevos Estándares de la Profesión Docente. Se trata
de un cuerpo de instrumentos pedagógicos de carácter
público que describe las metas educativas para guiar la
formación y el ejercicio de los docentes, en consonancia
con las exigencias y nuevos desafíos del siglo XXI.
Esta herramienta, en su conjunto, está dirigida a los
futuros y actuales profesores y profesoras, y tiene por
objetivo que estos apunten siempre a los denominados
“aprendizajes profundos”. La idea es que los estudiantes
puedan adquirir un desarrollo integral que vaya más allá del
conocimiento de lenguaje, matemáticas, ciencias y otros co-
nocimientos básicos, para complementar esos saberes con
competencias en el plano socioemocional, de relaciones
con el entorno, de inclusión y de género. Todas materias
que hemos venido trabajando en el Mineduc para apuntar
hacia una educación que avanza y mejora constantemente.
La elaboración de estos Estándares fue liderada por el
Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investi-
gaciones pedagógicas del Ministerio (CPEIP); y contó con
los aportes y distintos enfoques de universidades, profe-
sores, educadores, directivos, académicos, investigadores,
expertos, e instituciones gubernamentales y no guberna-
mentales. Así, se confeccionó esta potente herramienta
que hoy se convierte en el referente de la carrera y el
ejercicio docente.
Estamos contentos. No tenemos duda de que nues-
tros profesores constituyen el motor del sistema educativo,
y que la calidad de la enseñanza depende de su experticia,
Estándares docentes: nueva
herramienta para la calidad
motivación, y actualización permanente. Ellos son los que
más influyen en la gran tarea de educar y hacer que las
escuelas cobren y mantengan el sitial que les corresponde.
Las propuestas y contenidos de estos Estándares
fueron aprobados por el Consejo Nacional de Educación
(CNED) y tienen un carácter pedagógico y disciplinar.
Abarcan ocho carreras dictadas en las universidades, por
lo que además se involucra el ámbito de la educación
superior con su Subsecretaría, de allí la trascendencia que
tienen al señalar los caminos para conseguir una educación
de calidad y que, a partir de ahora, estén asimilados al
currículo oficial.
Los nuevos Estándares han sido fijados para carreras
como Educación Diferencial, Educación Física, Matemá-
tica, Inglés, entre otras. En esta oportunidad nos gustaría
resaltar la de Artes Visuales para básica y media, tema
que tratamos en especial en esta edición de la Revista de
Educación, y que se constituye como una disciplina muy
importante en esta época de intensa comunicación digital.
Además de impulsar el uso de las TIC, tiene un innegable
valor en cuanto al arte en sí mismo, al patrimonio nacional
y, quizás lo más fundamental, tiene el poder de incentivar
la creatividad de docentes y estudiantes. Adicionalmente,
se ha comprobado que la expresión artística es sinónimo
de desarrollo personal y aprendizaje para una mejor convi-
vencia en el plano social, ambas condiciones imprescindi-
bles para movernos e interactuar con autonomía responsa-
ble en la sociedad actual.
Esperamos que los nuevos Estándares se convier-
tan en una importante contribución para permitir que el
desempeño docente, su formación, y su impacto en la vida
de las personas sigan siendo un motor de cambio y de
desarrollo para el país.