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Revista de Educación •
En el aula
Karla Pastén, profesora de la Escuela rural Santa Bernardita, en el aula que ella diseñó en su casa para grabar sus clases durante la pandemia.
Foto: Gentileza Karla Pastén.
cabo el cierre dando las instrucciones para que ellos desa-
rrollen las tareas que envía. Y finalmente concluye sus clases
con un cuento, trabajando la compresión oral.
Otro ejemplo: si en la clase ven la consonante “R”,
la educadora les muestra un video del cuento “La Ratita
Presumida”. Al terminar les comenta: “La consonante que
vamos a aprender se encuentra en la cinta ‘roja’ del pelo
de la ratita, o en el vestido color ‘rojo’ de ella, ¿ahora sa-
ben cuál es? ‘¡Sí!’, le responden. ‘¡Muy bien niños!, es la R’.
Después les enseña los sonidos que tiene la letra, cómo se
debe pronunciar y cómo suena con cada vocal.
“La modalidad de enseñanza a distancia ha sido muy
llamativa para mis niños y niñas, pues ellos son de esta ge-
neración, ligada a la computación, cercanos a los
influen-
cers
y los tutoriales de YouTube. A pesar de que viven en
una zona rural, se relacionan muy bien con la tecnología”,
cuenta la docente.
LEO PRIMERO
Además, ha incorporado a sus clases virtuales algunas he-
rramientas que adoptó del Plan “Leo Primero”. Gracias a
“Encontré maravilloso el
proyecto, porque me ayudó
a complementar el proceso
de enseñar al apoyar la
comprensión oral. Leo
Primero incluye la lectura
de una manera tan lúdica
que los niños no se dan
cuenta que están leyendo,
porque las actividades
parecen un juego, entonces
esta dinámica ayuda para
que los niños aprendan a
leer de verdad”.




