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Revista de Educación •
En el aula
Luego son ellos mismos quienes se encargan de
grabar a los menores haciendo los ejercicios o toman fo-
tografías a las guías y se las envían a la docente. Así ella
puede ver de cerca a los que han progresado o quienes
se han quedado atrás en la materia.
APRENDAMOS A LEER
Enseñar a leer y escribir a un niño no es una tarea sencilla,
más aún si estamos en un contexto sanitario tan complejo.
A raíz de esto, ella decidió separar la lectura de la escritura.
Por ejemplo, cuando comienza una clase les muestra
la imagen de una letra, en este caso fue la “P”. Su primera
actividad apunta a activar los conocimientos previos de
los alumnos. “Como yo no los veo, tengo que imaginarme
que me están respondiendo. Al principio me costaba un
poco, pero ahora no. Creo que ya soy como la tía de un
programa de televisión, porque les digo: “vamos a ver un
video donde el nombre del animalito tiene la consonante
“P”, vamos a escuchar la canción del sapo Pepe”, agrega.
Cuando el video termina, ella les pregunta: “¿Descu-
brieron qué consonante es?, “¡Sí! Es la ‘P’”, dicen y conclu-
ye felicitándolos virtualmente. Posterior a esto, les enseña
el sonido de la nueva letra aprendida. Y luego les muestra
cómo se lee con las cinco vocales.
En el desarrollo de la clase refuerza lo aprendido
mediante canciones y juegos. Al terminar su lección lleva a
En un año normal, Karla enseñaba en forma presencial a 25 alumnos entre 1° y 2° básico, pues el colegio tiene modalidad
de curso combinado. Foto: Gentileza Karla Pastén.




