

41
Revista de Educación •
Arte y cultura
E
n el siglo XVI, a comienzos de la conquista española, vivió
una valiente y audaz lonco mapuche llamada
Janequeo
.
Ella estaba entrenada para luchar cuerpo a cuerpo y en-
frentó con éxito a los soldados de la Corona, a pesar de que éstos
usaban armadura e iban premunidos de espadas. Vivió en la zona
de los faldeos de la cordillera de Nahuelbuta, hoy convertida en
Parque Nacional. Terminó sus días, ya retirada, en lo que final-
mente (fundada por tercera vez en 1882) es la ciudad de Villarrica.
Varios barcos de la Armada de Chile llevan el nombre de esta
heroína mapuche.
Mucho más reconocido es el nombre de
Javiera Carrera
, la
mayor de los hermanos Carrera Verdugo, genios y figuras de la
Independencia de nuestro país. Sin embargo, poco se sabe de su
participación concreta en el proceso independentista, lo que incluyó
romper cánones, dejar a su aristocrática familia e ir a dar la batalla
libertadora a Buenos Aires. En el destierro conspiró y apañó a los
hombres que peleaban, tuvo enfermedades y padeció penurias
hasta que al final fue obligada a salir de la arena política, acallada y
recluida en un convento. Gracias a ella los restos de sus tres herma-
nos fueron repatriados en 1826 y actualmente comparten descanso
los cuatro juntos en la Catedral de Santiago.
MUJERES LÍDERES EN LA AVIACIÓN, EL ARTE Y LA MEDICINA
Otra mujer que se salió de los moldes establecidos fue
Margot
Duhalde
. Nacida el año 1920, en la localidad de Río Bueno, Región
de Los Ríos, resolvió tempranamente que sería piloto de aviones y a
los 16 años convenció a sus padres que la dejaran viajar a Santiago
para integrarse al Club Aéreo, que operaba en Los Cerrillos. Luego
de superar las resistencias que tenían los instructores para enseñar-
le, demostró que sí podía y se recibió de piloto civil con apenas 18
años. Se desató la Segunda Guerra Mundial y ella, descendiente
de franceses, se alistó en la Defensa de la Francia Libre de Charles
de Gaulle cumpliendo misiones aéreas en Europa. A su regreso, en
1947, fue llamada por la Fuerza Aérea de Chile donde tuvo varias
destinaciones, incluida la dirección del Aeródromo de Tobalaba. Ha
recibido condecoraciones de Francia y Chile, y se la recuerda como
“la mujer alada”.
Rebeca Matte
(nieta de Andrés Bello) llegó a ser una de las
más grandes escultoras chilenas de talla internacional. Su vida (1875-
1929) estuvo marcada por la tragedia. Al nacer, su madre enloqueció
y pasó al cuidado de su abuela hasta los 15 años, cuando ésta falle-
ció, debió seguir a su padre diplomático a Europa. En París empezó
a esculpir con maestría, algo no convencional, ya que se estilaba
que las niñas cultas estudiaran idiomas y tocaran piano. Se casó y
tuvo una sola hija, “Lily”, la que murió, a los 25 años, de tuberculo-
sis. La artista vació su profunda pena en incomparables esculturas de
bronce y mármol, erigidas en Chile y otras naciones. En 1927 viajó a
Santiago y creó “Los Nidos”, una fundación para niñas desampara-
das, en memoria de su madre e hija. Fue profesora en la Academia
de Bellas Artes en Florencia, Italia.