

52
CULTURA
Revista de Educación Nº 387
¿De qué manera una
historia bien contada puede
optimizar la comunicación
entre profesores y alumnos?
¿Dónde se pueden encontrar
historias adecuadas (ni tan
extensas ni muy breves) para
que el público no se aburra,
pensando en escolares de
básica y de media?
¿Qué implica aprender a
contar buenas historias?
¿Se puede contribuir a la
educación emocional de los
niños y adolescentes a través
de la narración de historias?
¿Cómo puede un docente
convertirse en un buen
narrador? ¿Qué competencias
debe desarrollar para ser
efectivo al contar historias a
sus alumnos?
Es tremendamente eficiente, al momento
que conectas con los alumnos y sigues
cuatro pasos: introducción, puntos
clave, cierre y reflexiones, tu historia se
convierte en una herramienta esencial para
emocionarlos e inspirarlos. Se basa en los
axiomas de la comunicación y consigues
que te escuchen activamente. Además
puedes pedirles a los niños que después
saquen sus propias conclusiones y hagan
suyas las historias.
Entre más de 100, seleccioné las “47
historias inspiradoras: storytelling”, las que
he probado por años y seguro son las más
efectivas. También es posible transformarse
en un coleccionista de ellas.
Las historias deben ser cortas y es esencial
sintonizarse con los alumnos. Debe
cuidarse el lenguaje, su ritmo y el manejo
de las imágenes, de las palabras y de los
silencios. Sin duda, constituyen un recurso
fundamental para la asignatura de Lenguaje
y Comunicación. Y no hay que olvidar que
se pueden enseñar valores y principios a
través de los relatos. Muchas historias son
transversales, por ejemplo, el bien está
presente en la totalidad de las historias del
libro, pero también están la solidaridad y la
caridad. Hay historias aplicables a actitudes,
bullying, familia, respeto, generosidad,
liderazgo, felicidad, entre muchas otras
temáticas. Lo importante es que el docente
tenga claro qué valores quiere resaltar
mediante las historias seleccionadas para
contar en sus clases.
Hay que seguir una metodología, una
estructura, profesionalizarse reuniendo
suficientes historias para tener muchas
opciones. Requiere incorporar elementos
básicos de oratoria, que incluyan
comunicación verbal y no verbal. Es lo
mismo que el storytelling, es ancestral, solo
que ahora el término se ha modernizado
y actualizado. Lo principal es el sentido y
propósito que tienes al elegir para contarla,
también su originalidad. Es fundamental
escoger el momento apropiado que permita
abordar un tema específico y que, junto con
entretener, enseñe, deje un mensaje claro.
Sin duda, es una de las mejores maneras de
hacerlo. Antes de que existieran los libros
y de la invención de la luz, la mejor forma
de educar era relatando historias. Éstas
generan intimidad y aportan mensajes.
Recuerdo una historia que destaca la
importancia de ayudar, colaborar y darse de
comer unos con otros, esmuy formativa y un
excelente ejemplo de aporte al desarrollo
emocional en niños y adolescentes.
Como menciono en el libro, lo que se debe
tener presente es que nadie puede pintar
un retrato igual a otro, aunque se tengan
los mismos colores. Por lo que cada uno
debe encontrar su propio estilo y hacerlo
suyo, además de seguir los puntos clave ya
mencionados. Es posible buscar en www.
cenacgroup.clun anexo donde se encuentran
las variables necesarias y los pasos claves.