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"EN LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

LOS SABERES DE CUALQUIER

TIPO: MEDICINALES, DE SANACIÓN,

DESCUBRIMIENTOS, ESTUDIOS SOBRE LOS

ASTROS O EL CLIMA, DATOS HISTÓRICOS,

Y MUCHOS OTROS, SE HACÍAN

OBLIGADAMENTE POR TRANSMISIÓN

ORAL, NO HABÍA OTRO MEDIO".

49

Revista de Educación Nº 387

CULTURA

E

s simple, cada vez que alguien

cuenta algo es un relato. Porque

en rigor ese alguien ha debido

ordenar u organizar los sucesos

reales o ficticios y ha sido capaz de crear

un universo propio con ellos para ponerlo

en conocimiento de otros. De hecho, relatar

deriva del vocablo latino “refero”, que

significa “volver a llevar”, algo así como

transportar ciertos sucesos y ponerlos al

alcance de los demás. Y es justamente

por ello que poder contar historias ha

sido tan trascendente en la historia de la

humanidad, incluso en la actualidad.

En las primeras civilizaciones los saberes

de cualquier tipo: medicinales, de

sanación, descubrimientos, estudios sobre

los astros o el clima, datos históricos, y

muchos otros, se hacían obligadamente

por transmisión oral, no había otro medio.

Así, cada cultura fue teniendo personas

dedicadas solo a relatar y, dependiendo

de la región y época, se les tildaba con

un nombre. Por ejemplo, en la Grecia

antigua eran los “aedos”, en Escandinavia

se les llamaba “escaldos” y durante la Edad

Media famosos fueron los “juglares”. En

la cultura Celta los “bardos” eran casi

sagrados, al punto que estaban exentos

de impuestos, no iban a la guerra y eran

considerados los guardianes de la historia.

Con el tiempo, estos artistas del relato

oral (que cantaban y recitaban historias)

sucumben ante la aparición de la escritura,

y el relato escrito se empieza a imponer

lentamente, ya que en un principio a los

textos y libros solo accedían quienes

pertenecían al clero y a la nobleza.

Sin embargo, los “aedos” logran consolidarse

y se convierten en los primeros cultores

de la dramaturgia griega. Entre los más

famosos se halla Homero, autor de dos

de las obras más conocidas del teatro

universal occidental: La Ilíada y la Odisea.

Los expertos dicen que ambas epopeyas,

que narran sobre la guerra de Troya, son

los máximos referentes y los consideran

fundacionales para la literatura occidental.

La multifacética

oralidad de hoy

En nuestros tiempos la alfabetización está

generalizada, lo que hizo que la oralidad sea

inseparable de la escritura, a lo que se suma

que una inmensa mayoría de la población

tiene acceso no solo a los libros y textos

impresos, sino también a la tecnología, esto

último nos exige adquirir los conocimientos

necesarios para utilizar la variedad de

instrumentos de “lectura”, que van desde

teléfonos móviles hasta el internet.

Las nuevas tecnologías nos han

proporcionado distintas modalidades

de usar y expresar nuestra oralidad, que

involucran nuevas maneras de percibir,

sentir y pensar. Esto obliga a las personas

a “saber decir o saber entender”, o sea, dar

sentido e interpretar. En definitiva, estamos

en presencia de un gran cambio cultural a

nivel planetario.