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EN EL AULA

Revista de Educación Nº 386

“N

o d e s c u b r i m o s l a

pólvora. Sabemos que

la conciencia fonológica

y el vocabulario son

elementos importantes en la lectura,

pero generalmente se trabajan de forma

separada. Por un lado, la conciencia

fonológica con un tipo de palabras donde

el criterio tiene que ver con la estructura

de las mismas y no con el significado.

Y por otro, el vocabulario o léxico, sin

preocuparse de la estructura de la palabra,

sino solo de su significado (…) La literatura

destaca la necesidad de aprender ambas

en forma simultánea. Y lo novedoso de

este programa que hicimos y que ahora

ponemos al alcance de todos es justamente

que integra ambas habilidades”, afirma la

fonoaudióloga Zulema De Barbieri

1

.

Ella se refiere al “Programa integrado para

el desarrollo de la conciencia fonológica y

del vocabulario” (Ediciones PUC), realizado

en conjunto con Carmen Julia Coloma

2

y

Carmen Sotomayor

3

.

Una iniciativa que surgió a partir de los

resultados del proyecto FONDECYT “Impacto

de la conciencia fonológica, discurso

narrativo, léxico y síntaxis compleja en el

desempeño lector de niños con TEL de

1° y 2° básico”. Allí se demostró que las

habilidades con mayor impacto durante

el aprendizaje inicial de la lectura (en 1°

y 2° básico) son justamente la conciencia

fonológica y el vocabulario.

UNAAPUESTA

DIFERENTE:

TRABAJAREL

VOCABULARIOEN

PROFUNDIDAD

Son dos las dimensiones propias del

vocabulario: 1) la profundidad y 2) la

amplitud, que tiene que ver con la

cantidad de palabras que uno conoce,

pero no necesariamente se conocen en

profundidad. “Nosotros aquí apostamos a la

profundidad y no a la amplitud. Por lo tanto,

trabajamos con palabras que son conocidas

para los niños”, señala De Barbieri.

Pero, ¿qué significa trabajar un concepto o

una palabra en términos más profundos?

Ella explica que cuando en vocabulario se

trabaja la amplitud, se abordan definiciones

generales, por ejemplo: “un gato es un

animal que tiene…”. Pero cuando se trabaja

la profundidad, lo que se hace es comparar,

evocar, reflexionar. “Cuando alguien es capaz

de comparar dos conceptos o se da cuenta

del sentido de pertenencia de los mismos

a una u otra categoría, reflexiona. No solo

tiene una definición tipo, sino que es capaz

de darse cuenta que las características

presentes en una definición son distintas

a otras o iguales a otras. Eso tiene que ver

con un mayor conocimiento, una mayor

racionalidad, sobre las distintas palabras”.

Asimismo, aclara: “La evocación es

cuando se le dice a un niño -es una de las

tareas más complejas muchas veces- las

características esenciales de un objeto y

él/ella responde: ‘Eso es un… gato’, es decir,

puede contar de qué se trata o diferenciarlo

de otro animal. Aquí se está jugando con las

diferencias y las semejanzas. Y mientras

más se asemejan los animales, más

difícil será para los niños reconocer las

diferencias, sobre todo en esta etapa del

aprendizaje donde tienden a generalizar

los conceptos”.

1 Licenciada en Fonoaudiología de la Universidad de

Chile. Magíster en Educación Especial de la Pontificia

Universidad Católica de Chile (PUC).

2 Licenciada en Lingüística de la Universidad de

Chile. Magíster en Educación Especial de la Pontificia

Universidad Católica de Chile. Doctora en Psicología

de la Universidad de Granada. Profesora titular del

Departamento de Fonoaudiología e investigadora

asociada del Centro de Investigación Avanzada en

Educación de la Universidad de Chile.

3 Profesora de Estado de Castellano de la Universidad

de Chile. Doctora en Pedagogía de la Lengua

Materna. Facultad de Psicología y Ciencias de la

Educación, Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).

Investigadora del Centro de Investigación Avanzada

en Educación y profesora adjunta de la Facultad de

Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile.

Ese proyecto motivó a este grupo de

investigadoras a crear un programa que

integrara ambas habilidades y que fuera

útil para todos los educadores que trabajan

con niños de NT1 (Nivel de Transición) y NT2.

“Lo que en general dice la literatura es que

cuando se trabaja tanto la estructura de

la palabra como su significado es posible

afianzarla mejor dentro de la memoria del

niño. Eso permite que él haga un clic, pues

es más fácil tener la representación mental

de ambos elementos: la representación

desde el punto de vista de la estructura y la

representación desde el punto de vista del

significado. Entonces, se instala, queda en

el niño”, agrega Zulema De Barbieri.

Foto: Escuela Santa Rita de Casia, en La Pintana.