

¿Qué es
para usted
el folclore
chileno?
Es el sentir del pueblo, de cada uno de
los chilenos. Hay gente que dice que el
pueblo es el sector social más bajo, pero
para Margot y para mí son absolutamente
todos los chilenos. Y cada uno de nosotros,
de una u otra manera, está usufructuando
de elementos que corresponden a las
expresiones tradicionales.
La cultura tradicional se vive, eso es lo
importante. No es ajena a la persona. Uno
se siente identificado con algo en forma
individual y a la vez en comunidad. Si
coloco un plato con empanadas y un vaso
de vino tinto, ¿qué sugiere? Para mí, podría
ser que mi abuelita -que era Carmela, que
era del Carmen- el día de las “Carmenes”
siempre hacía empanadas y se tomaba un
vaso de vino tinto. Entonces, representa
algo a nivel individual, pero a todos nos
representa Chile. Donde coloquemos unas
empanadas, es Chile. Lo mismo pasa con la
Cueca, inmediatamente la gente empieza
a aplaudir porque el ritmo nos identifica
como chilenos.