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EN EL AULA

Revista de Educación Nº 387

2) Se desarrolló una adecuada articulación entre los especialistas del área artística

y los docentes de asignaturas como lenguaje o matemática (codocencia).

Esto fue “fundamental” para obtener mejores resultados en el Simce, asegura la directora

del colegio, Carol Crespo. Los profesores de teatro, por ejemplo, al acercarse la fecha de esta

evaluación trabajan de la mano con los docentes de lenguaje y matemática para reforzar

contenidos. Organizan juegos lúdicos como “la carrera de los números”, en que se pide a los

estudiantes formar un número (4x5) y ellos hacen el cálculo mental y buscan rápidamente

quiénes tienen las tarjetas con los números que dan el resultado (2 y 0=20).

También, los docentes de aula aplican en sus clases estrategias simples que aprendieron

gracias a los especialistas del área artística, como las “pausas saludables”, que son breves

ejercicios para que los alumnos nivelen la respiración después del recreo.

3) Cada añoel equipoPIE (Programade IntegraciónEscolar) sepreocupade conocer los

estilos de aprendizaje de los estudiantes y esa información la reporta a los profesores

(codocencia)

. De esta manera, ellos van adecuando sus estrategias de aprendizaje según

las características de sus alumnos.

4) Se enseñó a los niños a identificar sus estilos de aprendizaje, lo que influyó

positivamente en su motivación

. Aquí han jugado un rol importante las actividades

artísticas. La profesora Paulina Álvarez explica que es muy positivo que un alumno diga:

“yo aprendo de esta forma”, “a mí me gusta más moverme”, etc. “Cuando un niño cree

que no es apto para lenguaje o matemática, su motivación baja muchísimo. Pero si sabe

que le va a ir bien en esas asignaturas por uno u otro camino, afronta de mejor forma el

aprendizaje”, señala.

5) Se motivó mucho a los estudiantes en relación con sus logros en el Simce

. Los

docentes les transmitieron las altas expectativas que tenían de ellos, analizaban en conjunto

los resultados, veían quién avanzó y por qué. Los alumnos, entusiasmados, nunca faltaban

a esas evaluaciones porque querían visualizar su rendimiento, y si no podían asistir se

preocupaban de recuperar la prueba. La jefa de UTP, Lidia Arancibia, destaca la motivación

de parte de los profesores y del equipo directivo técnico hacia los estudiantes: iban a las

salas y los felicitaban por sus logros, incluso hubo premios como salidas pedagógicas.

6) Los docentes focalizaron su trabajo en las habilidades que querían fortalecer en

los estudiantes

. Asimismo, cada niño aprendió a reconocer la habilidad que se estaba

trabajando -por ejemplo, comparación e inferencia- y la(s) estrategia(s) involucradas

(destacar, subrayar, hacer un cartel, entre otras). “El contenido es un valor agregado hoy

en día, se le enseña al alumno, pero que él reconozca una habilidad significa que la podrá

aplicar en otros contextos”, afirma la profesora Paulina Álvarez. Por lomismo, en las pruebas

comenzaron a medir no solo conocimientos, sino habilidades de pensamiento de nivel

superior. Eso significó preparar a los profesores para desarrollar otro tipo de preguntas.