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CULTURA
Revista de Educación Nº 385
UNA ENTREVISTA MEMORABLE
En el primer número de la Revista de
Educación (diciembre de 1928), Tomás
Lago publicó una entrevista que él mismo
le hizo en Buenos Aires al español José
Ortega y Gasset, uno de los más grandes
filósofos del siglo XX. Allí el entrevistado
cuenta que su hijo, de 17 años, parece un
americano y no tiene el menor interés por
saber lo que ocurrió con los griegos durante
el siglo de Pericles y se pregunta: ¿qué
puede importarle a él la sabiduría clásica,
entre los campos de sport y sus novelas
de aventura? Luego, reflexiona sobre el
fenómeno generacional:
“Y así toda la última generación europea vive
de tal modo dentro de su época que todo
lo que no sea el presente y constituya su
vida misma la tiene sin el más leve cuidado.
Para mí esto es un síntoma, la Europa se
rejuvenece de tal manera que parece que
estuviese empezando una era inédita en
la historia del mundo. Yo creo en vuestro
porvenir, tienen Uds. grandes condiciones
inempleadas todavía en estado de latencia.
Cuando regrese a España voy a aprovechar
un período de descanso queme corresponde
iniciar, en escribir un libro sobre el concepto
de pueblo joven. En verdad este concepto
no había asumido nunca la significancia que
ahora tiene, estoy seguro de encontrar en él
insospechados hallazgos”.
Lago le pregunta acerca de la posibilidad de
contar con un arte americano y conversan
sobre la falta de tradición de los pueblos
y su impacto en el ámbito artístico, lo que
se está viviendo en Europa en esos años, la
modernidad que se ha puesto de moda en
el Viejo Continente y la realidad chilena en
ese contexto.
También le pide al filósofo su opinión acerca
de la “Escuela Activa” o “Escuela Nueva”.
Un tema en boga en aquella época, en
que las ideas del norteamericano John
Dewey, impulsor de esta corriente, seguían
causando controversia. Dewey afirmaba
que cuando el niño llega al aula ‘ya es
intensamente activo y el cometido de la
educación consiste en tomar a su cargo esta
actividad y orientarla”’.
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Al respecto, Ortega y Gasset señaló:
“Yo no creo que se pueda contestar a
primera vista: la escuela activa es buena o la
escuela activa esmala. Estas cosas no tienen
ningún valor tomadas en abstracto. Eso sí,
considero un error que porque un sistema da
gran rendimiento en una parte, se le aplique
a fardo cerrado en otra. Especialmente la
educación necesita para cada caso un
método particular”.
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Cabe recordar, que la Escuela Activa era
entendida como “‘un lugar que tendría el
mínimo de salas, sólo las indispensables para
ciertas clases que requieren escritorios. La
verdadera enseñanza se daría en los talleres
y en los campos de cultivo y de crianza,
la verdadera escuela sería la que más se
acerque a la naturaleza, la que tuviera el
cielo por techo y el césped y la arena por
pavimento, el horizonte por ventana y las
flores, los frutos y los insectos, y los árboles
por libros de estudio”’.
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2 WESTBROOK, Robert B. John Dewey (1859-1952). Este
texto se publicó originalmente en Perspectivas: revista
trimestral de educación comparada (París, UNESCO:
Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, nos 1-2,
1993, págs. 289-305. Cita a Dewey, 1899, pág. 25..
3 LAGO, Tomás. Cuatro preguntas a Ortega y Gasset.
Revista de Educación n° 326, 2006. Santiago de
Chile. Pág. 21.
4 REYES, Leonora. Profesorado y trabajadores:
Movimiento educacional, crisis educativa y reforma
de 1928. Docencia Nº 40, mayo 2010. Pág. 43. Citando
a Luis Gómez Catalán, quien fue uno de los máximos
líderes de la Asociación General de Profesores, en
Revista de Educación Primaria (1928), pág. 30-33, 36-42.
Primera portada, año 1928.