

PROTAGONISTAS
Revista de Educación Nº 384
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C
uando tenía 11 años Felipe visitó
una exposición de Fernando
Botero en Santiago, quedó tan
impresionado con las esculturas
del artista colombiano, que pensó que
dedicaría su vida al arte. Sin embargo,
al cumplir su enseñanza media entró a
estudiar Pedagogía en Artes Plásticas, a la
Universidad Metropolitana de Ciencias de
la Educación, carrera de la que se graduó
con distinción máxima. Así se convirtió en
un profesor secundario con especialidad
en arte.
Pronto comenzó a trabajar en una escuela
ubicada en Las Cabras, en la Región de
O’Higgins. Desde la comuna de San
Bernardo debía viajar todos los viernes
para ir a hacer clases a dicha localidad.
Y allí se vio cautivado por el campo y la
sencillez de su gente, se dio cuenta que
quería dedicarse a educar en el ámbito
rural.
Finalmente, en el año 2010, partió a la
Región de los Lagos a trabajar en la Escuela
Hospitalaria de Puerto Montt.
La escuela, con 44 alumnos permanentes,
estaba habilitada para que los niños
y jóvenes con alguna enfermedad o
condición de salud diferente, pudieran
recibir educación tradicional.
A los cinco años de trabajo en la escuela
aceptó el desafío de ser su director, era
junio del 2015. “Tengo el honor de dirigirla
y espero que la vida me permita ser testigo
de cómo crece este sueño, esta verdadera
utopía pedagógica, donde realmente hay
lugar para todos y el único límite es nuestra
capacidad de seguir soñando”, afirma hoy.
La modalidad que caracteriza el trabajo
pedagógico de Ramírez es el Aprendizaje
Basado en Proyectos (ABP). Entre sus más
destacadas creaciones se encuentra el
“Poemario a Color”. Este libro tiene 20
páginas y posee la particularidad de
ser muy grande, pues cada hoja mide
dos metros. Gracias a ese objeto sus
estudiantes exploraron el arte y sobre
todo tuvieron la posibilidad de hurgar sus
propias emociones.
Otra técnica que probó y sigue usando,
es sacar a sus alumnos a visitar el borde
costero, “Land Art” la llama. “Es una
actividad interdisciplinaria que busca
a través de arte y el entorno natural,
hablar de la ecología y contar la historia y
tradiciones de los espacios visitados. Los
niños aprenden mucho y se ponen muy
contentos”, explica.
También se ha atrevido a incorporar la
danza y el teatro con el llamado “Carnaval
de la Alegría” (adaptación del mito de
Tenten-Vilu y Caicai-Vilu), y que consiste
en dejar atrás los conflictos y centrarse
en celebrar la vida. Lo fascinante de
este trabajo, confiesa, es que se logra
representar, al ritmo de los tambores, la
alegría que significa vivir.
Para montarlo, los niños debieron construir
dos dragones con cabeza de papel maché
y cuerpo de tela, dentro de los cuales
pudieran ir los alumnos bailando. El género
lo tiñeron ellos mismos, con la técnica
shibori, por lo que cada diseño es único,
mientras que las cabezas fueron fabricadas
con una estructura de pvc cubierta de
papel de diario y pegamento y pintadas
con acrílico.
En el carnaval participaron todos los
estudiantes, desde prekínder hasta 4º
medio. Los profesores también tuvieron
roles en la obra, debieron encargarse
del rescate patrimonial del relato y de la
música.
La primera presentación se efectuó en el
hall del Hospital Puerto Montt, en el marco
del aniversario del establecimiento, frente
a la comunidad educativa, autoridades
de salud y educación, delegaciones
de colegios invitados, universidades y
fundaciones.
La obra fue un éxito total, tanto por su
contenido y calidad artística, como por lo
significativo del contexto de producción,
y fue presentada también en el Encuentro
Regional de Educación Artística de Chiloé.
“NUESTRA EXPERIENCIA
COMO ESTABLECIMIENTO
NOS DEMUESTRA QUE
ADAPTANDO ALGUNOS
ELEMENTOS, BUSCANDO
LOS APOYOS NECESARIOS
Y TOMANDO LAS MEDIDAS
PERTINENTES, SE PUEDEN
LLEVAR A CABO ÉSTA Y OTRAS
ACTIVIDADES DE CAMPO
CON ESTE TIPO DE GRUPOS
ESCOLARES OBTENIENDO
RESULTADOS ALTAMENTE
SATISFACTORIOS”
Foto: Gentileza Elige Educar.