

Tener la posibilidad de estar acá enseña
mucho respecto a la realidad del país, sus
riquezas y sus desafíos. Nos encontramos
con una ciudadanía que demanda
estándares de país desarrollado, pero la
verdad es que Chile no lo es, está en vías
de serlo. Son distintas las capacidades
que existen en los distintos territorios y
con eso no me refiero solo al Ministerio
de Educación, hablo del país en su
conjunto. Por eso insisto: sería relevante
que las personas que opinan de política
pública tuvieran al menos durante un
período de su vida una experiencia en el
aparato público. Eso enseña, da sabiduría,
humildad.
También uno aprende a valorar mucho
más el servicio público y a las personas
que trabajan en él, al darse cuenta
desde dentro cuánto hay de empuje, de
voluntad, de camisetas puestas por parte
de los funcionarios, porque la realidad
supera con creces cualquier proceso
de planificación. Eso nos daría a todos
una cuota más fuerte de humildad al
momento de opinar y hacer propuestas.
Eso no significa dejar de soñar en grande,
sino valorar lo que el país ha hecho. Todo
lo que estamos haciendo se levanta
sobre una historia, sobre los hombros de
varias generaciones. Cuando uno tiene
la experiencia de trabajar acá, entiende
claramente lo que eso significa.
“A MUCHOS EQUIPOS LES
HAN VUELTO A BRILLAR LOS
OJOS”
¿Qué cree Ud. que es lo
más destacable que ha
hecho desde su cargo de
subsecretaria?
Desde la Subsecretaría tenemos
responsabilidad respecto a las jefaturas
de servicio, pero también damos apoyo
a los ministros, en este caso para
llevar adelante una Reforma de gran
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