

CULTURA
Y SU GRANDIOSA
BATALLA POR LA
EDUCACIÓN Y LA PAZ
Actualmente ostenta una serie de premios mundiales, entre ellos uno
increíble para una joven que hoy tiene 20 años, el Premio Nobel de la
Paz 2014. Es embajadora de las Naciones Unidas para la Paz y tiene una
fundación donde, entre otras acciones, invita a sumarse a la campaña que
reclama 12 años de escolaridad gratuita para las niñas: “En algunas partes
del mundo, los estudiantes van a la escuela todos los días. Es su vida normal,
pero en otras partes del mundo, estamos sedientos de educación. Es como
un valioso regalo, es como un diamante”, sostiene, aludiendo a los países en
donde las mujeres, absurdamente, tienen prohibido educarse.
En todos los lugares de la tierra y en
todos los tiempos existen héroes y
heroínas, hoy Malala Yousafzai es una de
ellas. Convencida desde que tiene uso
de razón de que recibir educación es el
equivalente a recibir energía para vivir,
crecer, sustentarse y ser libre, esta joven
paquistaní es una activista acérrima por
la educación, tanto que en 2012, a los
15 años, estuvo a punto de morir por
defender su causa.
Fueron los talibanes pakistaníes que
tenían dominado el valle de Swat, la zona
montañosa donde residía, quienes un día
de octubre le dispararon al bus escolar
que la transportaba de la escuela a su
casa. Dos balas se alojaron en su cabeza,
moribunda fue llevada en un helicóptero al
Hospital Militar Peshawar de Paquistán. La
operaron, debieron extraer los proyectiles
para salvarla. Y más tarde someterla a
varias cirugías para reconstruir su cráneo,
MALALA YOUSAFZAI:
la última vez le implantantaron una placa
de titanio y un dispositivo auditivo: “Podría
haber perdido el ojo y no tener ni ojo ni
cerebro. Fue un milagro. Siento que se
me ha concedido una segunda vida para
ayudar a los demás”, declaró en una
entrevista.
La brutal agresión a Malala se debió
a que “contravino” la orden de no ir a
la escuela, una de las tantas reglas
impuestas por el régimen talibán. Y
una vez superado el atentado y todavía
en recuperación, siguió alzando la voz,
escribiendo en un blog (en idioma urdu
para no ser descubierta) acerca de la
vida bajo los talibanes y luego, dando
la cara en defensa de todas las niñas
pakistaníes y de otros países donde
estuviesen sufriendo lo mismo. Así, esta
superviviente amplió su radio de acción
y pronto se transformó en una valiente
activista a nivel mundial.
Por: M. Teresa Escoffier del Solar
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CULTURA
REVISTA REVEDUC
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Nº 380 /2017