

Sus dinámicas clases en el Instituto
Tecnológico y Comercial (INTECO) de
Recoleta y su pasión por las ciencias,
permitieronaMarioSantibáñez, de32años,
representar a Chile en el “Global Teacher
Prize”. Aunque no ganó, su nominación
le otorgó el grado de “Embajador de la
Educación” a nivel mundial.
Para él, este reconocimiento es el
resultado de una trayectoria que no
se puede desconocer. Su interés por
aprender, recuerda, surgió de la mano de
una profesora del Liceo Metropolitano
de Estación Central, Doris Soto, quien le
enseñó biología en la enseñanza media.
A pesar de su avanzada edad, siempre
les inculcó a sus alumnos la importancia
del saber.
“No tenía grandes presentaciones en sus
clases, ya que la tecnología no era parte de
su metodología, pero con las pocas cosas
que había en el laboratorio nos enseñaba a
experimentar. Gracias a ella decidí estudiar
biología, porque le apasionaba enseñar,
por eso entendíamos muy bien lo que nos
trasmitía”, relata.
Y su interés por ayudar a otros se
hizo patente años más tarde, después
de egresar de la carrera de biología
en la Universidad Austral. Trabajó
en una reserva forestal, muy cerca
de la comunidad rural Chaihuín (a
30 kilómetros al sur de Corral). “Fue
ahí donde me percaté de la realidad
campesina, descubrí una escuela muy
abandonada y me llamó la atención.
Se lo comenté a un grupo de amigos
de la universidad y formamos una ONG
para ir en su ayuda. Al poco tiempo me
di cuenta que lo mío era la docencia”,
agrega.
Mario Santibáñez Caro:
“LOS PROFESORES SON FUNDAMENTALES PARA UN
PAÍS, SIN ELLOS NO HAY FUTURO”
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