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Al rendir la Cuenta Pública sobre el quehacer del

Ministerio de Educación he afirmado que “Chile

va a ser mejor con Reforma que sin ella”. Una

premisa de la que estamos convencidos todos y

todas quienes hemos estado trabajando para sacar

adelante la Reforma Educativa llevada a cabo por

este gobierno.

¿Y por qué me atrevo a asegurar aquello?

Simplemente, porque nuestro país llevaba mucho

tiempo sin plantear una reforma integral en

educación. Y hoy estamos reformulando un sistema

completo, en el entendido que todo el engranaje

debe funcionar al unísono, articulado, con un norte

común, si no lo hacemos así corremos el riesgo de

que cada parte se desligue de la otra y se pierda

coherencia, lo que iría en desmedro de nuestros

niños, niñas, jóvenes y adultos quienes son el

motivo de la misión educativa.

En esa línea vale destacar que a los 13 años de

educación obligatoria le estamos sumando uno

más con la cobertura amplia del kínder en las

escuelas públicas. Empezar tempranamente a

atender al máximo de población es fundamental

no solo para el desarrollo del país, sino para

expandir las conciencias y garantizar que ningún

chileno y chilena quede al margen de un derecho

que nutre sus oportunidades de vida y que,

de paso, no se pierdan los talentos que hacen

prosperar a la nación.

Otro avance sustantivo se está viendo en el

millón 300 mil estudiantes que hoy asisten a la

educación superior. Y la cobertura de cerca del

100%en enseñanza básica ymedia, con énfasis en

el área técnico-profesional, nos habla de un enorme

compromiso social, económico y político.

No puedo dejar también de relevar que hasta

la fecha llevamos 25 leyes aprobadas en el

Parlamento, algunas de ellas muy profundas,

como la que crea la “Carrera Docente”, lo que le

da sustento a este magno proceso de cambios

estructurales en nuestra educación.

La implementación de leyes, la puesta en marcha

de un sistema para asegurar la calidad, una

Superintendencia para hacer voz de la ciudadanía,

los esfuerzos por la gratuidad en educación

superior y tantos otros afanes, son la concreción

de esta inspiración épica de concebir, luego de

muchas décadas, una Reforma Educativa radical y

completa que Chile se merece, que Chile necesita

imperiosamente. Estoy cierta de que todo gran

cambio requiere de una adaptación, que debe ser

poco a poco incorporada por la ciudadanía, en

definitiva esta Reforma Educativa debe convertirse

en una Reforma Cultural.

EDITORIAL

REFORMA EDUCATIVA:

UN PROCESO INDISPENSABLE

PARA CHILE

EDITORIAL

REVISTA REVEDUC

MINISTERIO DE EDUCACIÓN

Nº 380/2017