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REVISTA DE EDUCACIÓN
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protagonistas
Quizás el profesor Rebolledo nunca
imaginó la motivación y pasión que
generaría en sus estudiantes, tanto
así que se vio en la obligación de
familiarizarse con las redes sociales
y subir los resultados de muchas de
sus clases a la plataforma de Youtube.
Y así también puede intercambiar
consejos, dudas y aprovecha de hacer
correcciones puntuales a cada alumno,
algo que en el horario acotado de las
clases no puede hacer.
La repercusión de sus incursiones en
internet no se ha hecho esperar. Desde
países de Latinoamérica e incluso
europeos, le llegan preguntas acerca de
cómo hace sus clases, le piden detalles
de la fórmula para conquistar a sus
estudiantes. Y en los distintos grupos
de Facebook a los que pertenece,
comparte con otros colegas, alumnos
y apoderados su rica experiencia
mediante el intercambio de materiales
pedagógicos, partituras, letras de
canciones. “Ellos pueden ver las clases
que doy a través de los videos que
hemos subido con los alumnos”, señala.
Y ante los consejos que le solicitan
los apoderados, al momento de
ingresar a sus hijos a los talleres
extraprogramáticos, el profesor les
advierte: “Si quieren que sus hijos
aprendan de este arte, permítanles a
ellos ser quienes opten por el taller. No
los traigan obligados. Si no les interesa
a esta edad será en otra, obligarlos
provocará el rechazo a una actividad
tan bonita como la música. Y dejen
también que sean ellos los que elijan
el instrumento a estudiar, no se lo
impongan ustedes”.
Este docente tiene alumnos desde
kínder, 3°, 4° y 7° básico hasta
4° medio y hace una diferencia al
momento de enseñar, ya que según ha
comprobado : “Los niños de básica son
más entregados que los más grandes,
se dan sin miedo a la música, no le
temen al ridículo, en ese sentido es
más fácil trabajar con ellos. Cantan
con entusiasmo, se atreven a tocar los
instrumentos”, asegura.
Patricio Rebolledo afirma que sus
estudiantes quedan tan felices con las
clases, que ya muchos han ingresado
a perfeccionarse al Conservatorio
de Música. Otros, los más punkys,
formaron sus bandas y se alistan a
grabar sus primeros temas. Y varios
de ellos lo van a ver para sumarse a
algunos de los proyectos musicales
que está desarrollando. Situación que
lo pone contento, porque ese era “el
real objetivo que quería lograr” cuando
se propuso ser un profesor de música
distinto, apasionado, innovador.
Y “también rebelde”, recalca, “porque
tengo claro que para motivar a mis
alumnos me tengo que salir un poco
de la norma, utilizando el rock y otras
tendencias”, concluye.
Expansión a través de
las redes sociales