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MINISTERIO DE EDUCACIÓN

Según los escritos, la meditación

trascendental es milenaria y nace en

la India. Es una técnica de relajación

profunda que ayuda a mejorar la calidad

de vida de las personas. Sentado,

en silencio, con los ojos cerrados, el

meditador a través de sus pensamientos

y ayudado de un sonido llamado mantra,

puede llegar a estados de mayor

conciencia.

Esta beneficiosa práctica ya ha sido

incorporada en varios establecimientos

educacionales del mundo. Ejemplos hay

en Argentina, España, Estados Unidos y

otros países más, que ya dan cuenta de

sus bondades a nivel educativo.

En nuestro país tenemos también

ejemplos, como el Liceo Alberto Blest

Gana de la comuna de San Ramón. Allí la

aplicación ha sido exitosa y se desarrolla

bajo el liderazgo del profesor Gregorio

Salgado, quien tiene más de 40 años de

experiencia en el tema.

“Para mí es fundamental que los

estudiantes entiendan esta práctica como

un proceso que compromete la mente

y el cuerpo, también aquellas partes

del individuo que están directamente

relacionadas y dominadas por el ego, por

la propia personalidad, donde radican

las emociones, que sepan que es una

técnica que ayuda de forma integral a los

individuos”, señala el docente.

El camino de

la Meditación

Inicialmente se busca dar a los

meditadores la opción de tranquilidad

y de silencio en el aula, es decir, los

profesores en conjunto con los alumnos

crean un clima propicio. “Esto no quiere

decir que los alumnos están obligados a

hacerlo, pero la idea es que se encuentren

motivados por la experiencia, deben tener

un comportamiento tranquilo, porque

es una práctica de equilibrio, sobre todo

en la etapa de crecimiento en que ellos

están”, explica el profesor de meditación.

Cabe señalar que esta práctica es

independiente de los principios filosóficos

o religiosos que cada persona pueda

tener. Tampoco existen impedimentos ni

contraindicaciones y se puede comenzar

a practicar desde los 4 años.

“Para mí la meditación es buena, me

ha hecho bien, subí mis notas y me ha

ayudado a relajarme en clases. Ahora

no me comporto de forma agresiva, me

quedo más tranquila y empiezo a jugar

con mis compañeros en vez de pelear.

Estoy mucho más sociable”, comenta

Scarlette Badel, del 7º básico C.

Los beneficios son comprobados en

terreno. Los alumnos aprender a convivir

con el entorno, saben cómo enfrentar

situaciones que les causan estrés, debido

a un mayor autocontrol tanto emocional

como físico.

Maximiliano Duarte cursa el 3° medio A

en el Liceo Alberto Blest Gana, confiesa

que la meditación trascendental le

ayudó a terminar con el insomnio y con

algunos problemas físicos. “Pero hay que

ser constante, dice él, porque los buenos

resultados se comienzan a ver a largo

plazo”.

El Liceo registra un 70% de vulnerabilidad

entre sus estudiantes. Además se

sabe que muchos de ellos viven a

diario situaciones de estrés familiar

por conflictos en sus hogares. Debido

a la meditación ha jugado un rol muy

importante, los cambios en las conductas

han sido notorios. “Nosotros queremos

que el colegio siga siendo un lugar de

seguridad, cariño y de sana convivencia

donde ellos pueden estar tranquilos

y aprender para la vida”, concluye el

director del Liceo, Fernando Román.

El programa Quietud y Silencio comenzó a implementarse el año 2014 en el Liceo

Alberto Blest Gana, de la comuna de San Ramón, con el fin de invitar a los

estudiantes a practicar la meditación y hacerlos alcanzar un estado más pleno,

más saludable y sobre todo, alejado del estrés. A través de la Fundación David

Lynch, que lleva la meditación al ámbito escolar, la comunidad de este liceo

adoptó la práctica. Reconocen sus beneficios a nivel de convivencia, mejoras

en la conducta e incluso en el rendimiento académico de alumnos y alumnas.