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REVISTA DE EDUCACIÓN /

ciencia y tecnología

Todavía recuerda el día en que se puso

a hurgar en su casa unas enciclopedias

y cayó en sus manos una dedicada

a la astronomía. Le encantó tanto

que quiso seguir aprendiendo sobre

los planetas y el espacio. Y comenzó

a pedir libros de astronomía en la

biblioteca de su colegio.

“Cuando era muy chica les dije a mis

padres que iba a estudiar Astronomía,

pero lo tomaron como algo de niños.

Vieron que me iba bien en el colegio

y pensaban que podría estudiar

Medicina o Ingeniería, finalmente se

dieron cuenta de que yo de verdad me

estaba esforzando para optar por lo

que tanto me gustaba, entonces me

dijeron bueno, estudia Astronomía”. Así

cuenta Maritza el momento cuando

dio rumbo a su vocación profesional.

Desde ese momento entró de lleno en

la ciencia del espacio. Se convirtió en

Astrónoma de la Universidad de Chile,

con especialidad en “planetas” y de allí

saltó al doctorado en la misma casa

de estudios.

En una de esas prácticas de

observación, en el Observatorio La

Silla, hizo el descubrimiento que

jamás habría concebido ni ella, ni

sus compañeros de doctorado, ni

sus profesores: otro planeta en la

inmensidad del universo, uno enorme,

mucho más grande que la Tierra. De

ahí en adelante ella y “su hallazgo”

se convirtieron en celebridades

del ámbito científico nacional e

internacional.

¿Cuánto

tiempo tomó el

descubrimiento

del planeta y cómo

llegaste a él?

El proceso se desató porque yo estaba

buscando el tema de mi doctorado y me

dijeron que había un profesor dedicado

al estudio de los planetas. Entonces

me interesé y fui a verlo, con la idea de

que me diera algún tema para estudiar.

Así fue como empezamos a trabajar. El

objetivo se centró en volver a analizar

datos de algunas estrellas, debido a

que había problemas en la reducción

de esos datos y a causa de ello se

cree que hay muchos planetas que

ya no existen. Mi trabajo consistió en

analizar nuevamente los datos de esas

estrellas, con un nuevo procedimiento y

confirmar definitivamente si los planetas

analizados existen o no. Así fue como

comenzamos este trabajo muy grande,

el que me permitió confirmar tres

planetas y a la vez pude determinar que

otros tres planetas no existían.

Al final, todo el trabajo de la rectificación

de la información nos llevó casi 8

meses. Durante el proceso vimos una

señal que no habíamos visto durante la

investigación y eso era el nuevo planeta.

¿Qué sentiste en

el momento del

hallazgo?

Estaba muy feliz porque había

descubierto un planeta nuevo. Yo no

esperaba que saliera al aire este tema,

porque solamente creía que iba a

confirmar o rechazar la existencia de

planetas. Estaba más contenta, porque

me habían publicado el paper en la

revista científica de la Real Sociedad

Astronómica de Londres, porque eso

valida el descubrimiento.

¿Quiénes más

participaron de

este proceso?

Éramos tres personas. Mi profesor James

Jenkins y Matías Jones del Centro de

Astro-Ingeniería de la Universidad

Católica.

¿Tienes idea

de cuántos

planetas se han

descubierto en el

mundo?

Aproximadamente son 2.000 planetas

los que se encuentran confirmados. Y

se cree que todas las estrellas debieran

tener planetas, entonces hay muchas

que faltan por estudiar, porque debieran

Foto: Gentileza La Tercera / Juan Farías.