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Revista de Educación •
Columna
des. Lo importante es establecer rutinas diarias acordes
a la realidad y contexto, donde se incorporen espacios
dedicados a aprender, así como a ejercitarse y distraer-
se, para así ayudar a reducir el estrés de desarrollar
múltiples tareas en un mismo espacio. También sirve fijar
objetivos claros para que los estudiantes vayan avan-
zando según metas, al principio pequeñas y luego más
desafiantes, comprendiendo que para ellos tampoco es
fácil adaptarse de un día para otro. Y para alivianar el
ritmo, también se puede incorporar el juego. Al ser una
herramienta de aprendizaje que combina lo cognitivo
con lo emocional promueve que los participantes se
expresen. Como Agencia, quisimos aportar con el juego
“¡Pregúntame!”, disponible en nuestra web, cuyo fin ori-
ginal es ayudar a las comunidades educativas a enfrentar
el desafío emocional que ha implicado la situación del
país tras el 18 de octubre, pero por el momento inédito
que estamos viviendo es aún más necesario expresar en
familia lo que se está sintiendo. Por último, la lectura es
otro buen compañero de rutina, y es un elemento cen-
tral en el desarrollo de aprendizajes. Según datos de la
Agencia, un 65% de estudiantes de 4to básico dice que
la lectura es uno de sus pasatiempos favoritos, mien-
tras que a un 57% le gusta hablar de libros con otras
personas. En la “Biblioteca Digital Escolar” del Mineduc
hay más de 4 mil títulos para leer en línea y descargarlos
gratuitamente. Este también puede ser un buen mo-
mento para incentivar que los niños se encuentren con
la lectura.
Ya durante el 2019 tuvimos una lamentable pérdida
de clases debido al contexto social, y por lo mismo, una
pérdida de aprendizajes importante. Si a esto le sumamos
la emergencia por el coronavirus, la tarea de recuperar
esos aprendizajes es aún mayor. Como país y como ins-
titución tenemos un desafío enorme en la superación de
las distintas brechas que existen en educación escolar, las
que solo se lograrán erradicar a través de un trabajo com-
partido, riguroso y permanente, sobre todo en circunstan-
cias como esta, imposibles de anticipar.
“El hogar entrega un
contexto de aprendizaje
tan irreproducible
como el de la escuela:
calcular cantidades
para cocinar con
los padres u oír a los
hermanos mayores leer
en voz alta generan
una motivación
impresionante en los
menores. También se
pueden destacar rasgos
como el esfuerzo o
la perseverancia, lo que
ayuda a que desarrollen
una mentalidad de
crecimiento y los
incentiva a enfrentar
desafíos y a ver
los errores como
una oportunidad
para aprender”.