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Revista de Educación Nº 376

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CONVERSANDO CON

La idea es que haya espacios de

participación. Por un lado, aquellos que

facilitan un trabajo conjunto en todo lo

concerniente a formación docente, y ahí

estamos articulados con el CPEIP y también

con universidades que trabajan el tema. Y,

por otro, se nos recomienda abrir nuevos

espacios de participación con docentes,

de modo tal de asegurar que su voz tenga

un rol estratégico en las definiciones

curriculares. Ambos procesos tienen que

ser intencionados para asegurar que los

maestros estén presentes en esa definición.

Y LOS DOCENTES Y

DIRECTIVOS, ¿CÓMO

PODRÁN ASIMILAR ESTOS

NUEVOS PROCESOS?

¿CUÁLES SON LOS

PRINCIPALES DESAFÍOS

EN MATERIA DE POLÍTICA

CURRICULAR EN EL PAÍS?

En primer lugar, tener procedimientos

y mecanismos para monitorear bien

los procesos de implementación del

Currículum Nacional. Es muy importante

que podamos monitorear de cerca qué

es lo que está pasando con el currículum,

qué les hace sentido a las escuelas y qué

no, a través de qué cosas se favorecen

ciertos enfoques, etc., de tal manera que

lo que el Consejo Nacional de Educación

está aprobando como currículum se pueda

retroalimentar con lo que está pasando en

las escuelas.

Nosotros tenemos un observatorio aquí

en la UCE, que permite hacer estudios,

pero acotados. Lo que se requiere es un

trabajo fino y robusto de seguimiento a la

implementación del Currículum Nacional.

Ése es un gran desafío.

“LAS RECOMENDACIONES DE LA

MESA DE TRABAJO DE DESARROLLO

CURRICULAR NO DICEN “ESTO SE

DEBE ENSEÑAR” O “ESTO NO SE

DEBE ENSEÑAR”, NO ABORDAN

EXPLÍCITAMENTE EL QUÉ, PERO SÍ

SE PRONUNCIAN ACERCA DE LOS

PROCEDIMIENTOS EN BASE A LOS

CUALES SE TIENE QUE VALIDAR EL

CURRÍCULUM NACIONAL. Y POR

TANTO, QUÉ TAN PARTICIPATIVA

DEBE SER LA DEFINICIÓN DEL

CURRÍCULUM. ESO TIENE QUE VER

CON EL TIPO DE CIUDADANOS

QUE SE QUIERE FORMAR”.

Y, en segundo lugar, contar con procesos

de discusión y de diálogo para reflexionar

sobre los aprendizajes del Currículum

Nacional, las necesidades de la sociedad

hacia el sistema educativo, y asegurar su

pertinencia en la definición curricular. Esos

espacios de participación no son triviales

ni fáciles, pero es fundamental que los

tengamos y los potenciemos, de modo

de que las definiciones del Currículum

Nacional sean pertinentes para todos.