Previous Page  27 / 48 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 27 / 48 Next Page
Page Background

27

OPINIÓN

Revista de Educación Nº 376

E

l Proyecto de Ley que crea el

Sistema de Educación Pública

ofrece una oportunidad importante

para discutir el sentido que debe

tener la educación pública, además de

ponerla en el centro de las preocupaciones

gubernamentales.

Lo importante, más allá de las propuestas

para mejorar su administración y a través

de ellas la calidad de la educación pública,

es que educadores y ciudadanos en

general, retomemos la preocupación por

los procesos educativos que se realizan en

nuestras escuelas, liceos, jardines infantiles

buscando y probando formas de trabajo

conducentes efectivamente a “recrear” el

modo de educar en ellas.

Quiero aportar a esto con algunas ideas

sobre cómo enfrentar estas tareas desde

las escuelas mismas y las comunidades

circundantes.

Lo primero, es reconocer que si bien no

estamos satisfechos con la forma como

opera la educación pública, tenemos

muchas instancias que son ejemplares

y que pueden colaborar en las tareas de

cambio. Podemos citar, por ejemplo, a

municipios que han permitido y estimulado

formas innovadoras de organizar y apoyar el

trabajo educativo en sus establecimientos,

como los de Ñuñoa y Las Condes en

Santiago y otros varios en regiones.

Pero, también están los programas de

mejoramiento de los procesos educativos

escolares iniciados anteriormente desde

el Ministerio de Educación que fueron

eficaces, y que aún hoy, sin el mismo

apoyo ministerial, lo siguen siendo. Me

refiero a los Microcentro Rurales, a los

Grupos Profesionales de Trabajo en la

Educación Media, a los Talleres Comunales

de Profesores, entre otros.

Cada una de estas experiencias permitió

y permite a los docentes compartir sus

experiencias, aprender unos de otros y

sugerir innovación en favor del aprendizaje

y mejor educación de sus alumnos.

En segundo lugar, y aprovechando las

mejores condiciones de trabajo para los

docentes que permitirá la Ley de Desarrollo

Profesional Docente y la visión de liderazgo

educativo que sugiere para los directivos

el proyecto de Educación Pública, será

importante que cada establecimiento se

convierta en verdadera comunidad escolar.

Esto quiere decir que todos: apoderados,

alumnos, directivos, profesores, asistentes

de la educación y otros profesionales que

apoyan al establecimiento, compartan

como comunidad la tarea de rediseñar

y/o mejorar los procesos educativos

que ocurren en ella. Para eso, habrá que

reunirse, informarse, sugerir actividades de

mejora y asignar responsabilidades, y sobre

todo mantener una mirada vigilante sobre

cómo avanzan los procesos de cambio o

realizar una acción oportuna de corrección

de problemas observados.

En tercer lugar, me parece importante que

cada docente, como también la comunidad

escolar en su conjunto, comprenda mejor

que la enseñanza dirigida al aprendizaje

es una tarea eminentemente compleja,

especialmente cuando la diversidad de los

alumnos y alumnas exige formas no usuales

de trabajo y de voluntad de experimentar

con alguna de ellas.

Esto significa disposición para aprender

y seguir aprendiendo por parte de

cada educador docente o no docente,

entendiendo, como dice el profesor A.

Hargreaves, que enseñar requiere de “juicio

experto informado por la experiencia y

la investigación” y que es el “resultado

de logro personal y responsabilidad

compartida”.

Aliento a las comunidades docentes a

moverse en esta dirección.