

¿Desde cuándo
somos limpios?
El rey Luis XI de Francia (1423-1483) se bañó una sola vez en su vida y fue por prescripción
del médico de la corte que lo obligó a hacerlo. Mientras, la población de buena parte de
Europa olía muy mal. Pero no siempre hubo tanta aversión al agua: hace más de 1.000 años
a.C en Grecia ya existían los baños públicos y los romanos fueron quienes convirtieron esta
práctica en una institución de primer orden en Occidente. En el siglo XIX, el movimiento
higienista y un médico destacado, pese a ser vilipendiado por sus pares, puso en alto
nuevamente el valor de la higiene. El concepto deriva de Hygiénon, salud en griego que, a
su vez, viene del nombre Hygiea, hija de Esculapios, el Dios de la medicina y hermana de
Panacea, la diosa sanadora, ambas invocadas en el juramento Hipocrático.
Revista de Educación •
C
ultura
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Los romanos fueron quienes convirtieron el baño en una institución de primer orden en Occidente e hicieron de él una
costumbre social. Foto de dominio público: Pintura de Robert Hubert titulada Ancient Ruins Used as Public Baths, 1798.
Evolución de la higiene
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Revista de Educación •
Cultura
R
ecién en el siglo XIX la higiene empezó a ser con-
cebida como una disciplina propiamente tal ligada
a la ciencia médica, que se dedica a estudiar y
poner en práctica la prevención de enfermedades y las
medidas de conservación de la salud de los individuos y
sus entornos.
Las prácticas higiénicas consisten básicamente en lim-
pieza corporal y el aseo de los espacios en que se habita
y en los que se desenvuelve la actividad comunitaria. Una
definición simple, pero que encierra un contenido ele-
mental, ya que la ausencia o déficit de higiene suele tener
consecuencias tan definitivas como la enfermedad y la
muerte para los seres humanos. Un ejemplo de ello es que
las medidas sanitarias (la higiene aplicada) hayan debido
ser decretadas por la OMS a nivel planetario para intentar
ponerle freno a la pandemia del Covid-19 que aqueja a
millones de personas.
Al hablar de la higiene se hace necesario echar un vis-
tazo a la evolución histórica de ésta, porque sus logros y
adelantos, tanto en el terreno personal como público, no
solo han tenido que ver con los conocimientos científicos
y tecnológicos de cada época, sino, muy principalmente,
con la prevalencia de hábitos, costumbres, creencias e in-
terpretaciones culturales que se le fueron asignando en el
tiempo y en concordancia con los acontecimientos políticos
y económicos (guerras, invasiones, catástrofes naturales,
epidemias, hambrunas y otros).
LAS CIVILIZACIONES ANTIGUAS YA CONOCÍAN LOS
BENEFICIOS DEL BAÑO
Hace más de 1.000 años a.C en Grecia ya existían los baños
públicos. Los griegos emulando a los orientales, pioneros en
el asunto (Valle del Indo, Pakistán, 3.000 años a.C primeros
baños públicos) construyeron recintos para que la gente se
aseara con fines terapéuticos y también para organizar ritua-
les religiosos como bañar las estatuas de los dioses. Mien-
tras, en Egipto los sacerdotes elaboraban secretamente las
recetas de aceites sagrados con que los esclavos bañaban
los cuerpos de sus amos y amas. En tanto, “los egipcios más
humildes se hacían friegas con arena para eliminar de sus
cuerpos la suciedad o simplemente se echaban una mezcla
de aceite de ricino con orégano y menta”, relata una crónica
sobre el baño en la antigüedad.
Por su lado, los romanos fueron quienes convirtieron
el baño en una institución de primer orden en Occidente
e hicieron de él una costumbre social. Los de alta alcurnia
gozaban, por ejemplo, de los baños públicos (
thermas
)
construidos por el emperador Caracalla y que ofrecían agua
fría, templada o caliente en 1.600 bañeras hechas de arcilla,
mármol, ónice, bronce y de hasta plata. En 200 de ellas, lla-
madas
solium
, se podía tomar el baño sentado, esto ocurría
1.800 años antes de que el genetista inglés Frederick Griffi-
th inventara, en 1859, el sillón ducha.
SISTEMA DE ALCANTARILLADO EN ROMA
Y la información histórica agrega que los griegos fueron los
primeros en considerar que el baño y la natación podían
modelar el cuerpo. Empezaron a hablar de estética física, de
imagen corporal y, en el siglo V a.C, fomentaron el gimna-
sio, entre cuyas dependencias figuró el baño. Allí se hacían
ejercicios físicos, además de bañarse y disfrutar departiendo
con otros. Una consecuencia adicional tuvo esto en aquel
entonces, y fue que la gente empezó a burlarse de los gor-
dos, antes nunca hubo prevención contra la obesidad, más
bien todo lo contrario, la gordura era bien mirada. Así se ex-
pande la noción de culto al físico asociada a la salud y más
adelante derechamente la práctica deportiva.
Para erigir sus thermas y baños, y extenderlos a Hispania
al final de la Guerra Numantina (año 133 a.C), abarcando las
comunidades peninsulares, los romanos debieron también
diseñar y hacer funcionar un sofisticado sistema de alcan-
tarillado. “La red de cloacas estaba muy perfeccionada. En
algunas ciudades modernas siguen en uso o se superpuso
a ellas la red de alcantarillado actual. Roma cuidó siempre
El rey Luis XI de Francia, apodado el “Prudente”, se bañó una sola vez
en su vida. Foto de dominio público.