

Revista de Educación •
Educación inicial
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¿Por qué cree usted que el juego es
importante en la primera infancia?
“El juego es la forma innata que tiene el ser
humano para el despliegue de acciones en
forma natural y placentera, lo que condiciona el
aprendizaje trascendente y la comprensión de
aspectos interrelacionados en esta experiencia.
Es por eso que no podemos pensar la
educación parvularia sin el juego. La promoción
de aprendizajes a partir del juego es una labor
que vienen haciendo los establecimientos del
nivel, y que por supuesto debemos seguir
estimulando (más aún en el contexto actual)
con las familias y expresado diariamente en el
hogar”, sostiene la Subsecretaria de Educación
Parvularia, María José Castro.
Y agrega que “esto se condice con las Bases
Curriculares de Educación Parvularia, al
reconocer a los niños y niñas como sujetos de
derecho y como protagonistas de sus procesos
de aprendizaje. En este sentido, el juego se
transforma en eje central, pues se refiere a una
actividad natural del niño o niña, hablamos
de una estrategia pedagógica que ha sido
abordada por distintos autores, y que es clave
tanto para el aprendizaje como para el bienestar
integral en la primera infancia”.
¿Qué tipos de juegos recomendaría
reforzar con los niños en estos días
de encierro por la pandemia, juegos
que apunten a habilidades blandas
por ejemplo?
La situación que estamos atravesando como
humanidad es compleja de asimilar para
todos, pero, especialmente, para las niñas y
niños, pues a diferencia de los adultos muchas
veces no pueden ponerle un nombre a lo
que sienten. Y acá el juego es clave pues,
además de ser fundante para el aprendizaje,
nos permite generar espacios de contención
donde los niños y niñas puedan expresar sus
emociones más allá del lenguaje, por ejemplo,
mediante juegos más bien motrices o de
proyección de roles, tanto entre integrantes
de la familia como experiencias individuales,
así como también experiencias de expresión
plástica o de dibujo. Por otra parte, el juego
permite el desarrollo de funciones cognitivas
superiores, de la afectividad, la socialización,
la adaptación creativa a la realidad, entre
otras, lo que también contribuye al desarrollo
socioemocional del niño o niña. Lo más
importante, es que entendamos que el juego
no debe estar en función del adulto, sino que
siempre siendo el niño o niña el protagonista;
el juego, con una estructura interna creada
espontáneamente por ellas y ellos, no solo en
respuesta a sus motivaciones internas, sino
también a los requerimientos de su desarrollo.
Es importante recordar que la Subsecretaría
de Educación Parvularia habilitó un sitio
especialmente con actividades educativas
para niños y niñas, desde su nacimiento
y hasta los 6 años. Las familias y equipos
educativos podrán encontrar este material,
que está ordenado según cada nivel
educativo, y contiene una serie de otros
recursos, en:
parvularia.mineduc.cl/recursoseducacionparvularia/
María José Castro, Subsecretaria de Educación Parvularia:
“No podemos pensar
la Educacion Parvularia
sin el juego”
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Educación inicial
yendo el principio de causa y efecto de las relaciones.
Se ha descubierto que bebés de tan solo 16 meses de
edad pueden deducir características importantes de un
juguete, por ejemplo, si éste puede o no tocar música,
simplemente observando a los adultos cuando juegan
primero con el mismo juguete. También se propone el
juego con bloques como una ventana hacia el enten-
dimiento espacial, porque se ha descubierto que se
relaciona de forma significativa con la habilidad mate-
mática temprana.
Entre el año y medio y los 2 años hay un aumento
notorio en la frecuencia con que los niños se involucran
en el juego de simulación, por ejemplo: al usar un za-
pato como teléfono o fingir que alimentan a un oso de
peluche. Es probable que el juego de simulación con
una persona acompañante, como el padre o la madre,
pueda mejorar habilidades tan trascendentes como
el entendimiento de la mente de otras personas. La
investigación científica muestra incluso que los bebés
pueden leer las señales sociales de su madre o padre,
y pueden diferenciar entre los actos simulados y los
reales, como simular tomar una taza de té. Este tipo de
“lectura de la mente” es fundamental para las relacio-
nes sociales exitosas.
Todo indica que el juego entre madres, padres e hijos
puede proporcionar una oportunidad excelente para que
estimulen el desarrollo del lenguaje de los niños y niñas a
través de interacciones receptivas.
Los beneficios del juego tanto para los padres como
para los hijos, de acuerdo a todos los estudios en este
ámbito, son claros y contundentes, destaca el documento
“Aprendizaje a través del juego” (
www.unicef.org/pu-blications
), elaborado en la Sección de Educación de la
UNICEF (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia), que
se complementa con la publicación “Crianza lúdica en la
primera infancia”, publicado por The Lego Foundation
(
www.legofoundation.com). La meta de la UNICEF es
asegurar que al año 2030 todas las niñas y niños tengan
acceso a servicios de atención y desarrollo de la primera
infancia y educación preescolar de calidad, a fin de que
estén preparados para la enseñanza primaria.
A ese impulso mundial se ha unido el Ministerio de
Educación de nuestro país a través de la Subsecretaría de
Educación Parvularia.
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parvularia.mineduc.clpara más información.
La investigación científica muestra
que los bebés pueden leer las señales
sociales de su madre o padre, y
pueden diferenciar entre los actos
simulados y los reales, como simular
tomar una taza de té. Este tipo de
“lectura de la mente” es fundamental
para las relaciones sociales exitosas.