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CÓMO SE APLICA EL

SISTEMA EN INGLATERRA

El proceso de desprivatización de las salas

de clase en ese país ha sido gradual, al

igual que en otros países desarrollados, y

ha estadomarcado por una serie de eventos

particulares. Por ejemplo, actualmente se

lleva a cabo un sistema de evaluación

anual de cada docente que se llama

gestión del desempeño y, además, cada

establecimiento realiza evaluaciones que

abordan la motivación en el trabajo de

aula y la retroalimentación de las prácticas

docentes.

Adicionalmente, las escuelas cuentan

con supervisión externa, enfocada en la

observación de lamotivación y las prácticas

de aula.

Los sistemas de inspección externa

y de autoevaluación interna de los

establecimientos educativos han

contribuido a lograr la desprivatización

de las salas de clase, pero este objetivo

-explicó Christopher Day- no se podría

haber cumplido sin la presencia de un

tercer elemento: la creación, alimentación

y crecimiento de una cultura de la

colaboración al interior de las escuelas.

Por ello, en Inglaterra recientemente se

puso en marcha un nuevo sistema de

automejoramiento, que establece que

todo director debe afrontar las siguientes

tareas: apoyo entre escuelas, investigación

y desarrollo, y construcción de capacidades

para el aprendizaje colaborativo.

“Esto es algo que ha estado sucediendo

durante los últimos 20 años, pero se ha

acelerado a través de iniciativas externas

de reforma" afirmó el académico inglés.

En las mejores escuelas, por supuesto, ha

estado ocurriendo desde hace un buen

tiempo. Los directores tienen un rol muy

importante en este proceso. Deben tener

las habilidades, actitudes y capacidades

para proveer las condiciones necesarias

que permitan a los docentes iniciar el

cambio. Para ello, tenemos que pensar en

un liderazgo distribuido y en la generación

de confianza”.

LIDERAZGO EFECTIVO Y SUS

CONSECUENCIAS

La publicación “School Leadership and

Student Outcomes: Identifying What Work

andWhy. Best Evidence Synthesys Iteration

[BES]” (2009) de Robinson et al.

1

, menciona

cinco dimensiones que son significativas

para un liderazgo efectivo: establecer

metas y expectativas; utilizar recursos de

manera estratégica; planear, coordinar

y evaluar la enseñanza y el currículo;

promover y participar en el aprendizaje y

desarrollo de los profesores; y asegurar un

ambiente de orden y apoyo.

De esas cinco dimensiones, aseguró

Christopher Day, la que tiene el efecto

más importante en términos de mejorar la

enseñanza es la de promover y participar

en el desarrollo y aprendizaje profesional

docente. “Lo que sabemos es que los

directores más efectivos son aquellos que

ponen esto en el centro de lo que hacen

para mejorar la escuela. Necesitamos,

entonces, capacitar y perfeccionar a los

directores en estos temas”, explica.

La desprivatización de las salas de clase

contribuye a una mejora sostenida de las

prácticas docentes. “El asunto fundamental

es que no es para nada claro que la gente

aprenda a mejorar solamente al reflexionar

acerca de su propia experiencia. La

verdad es que al final esto puede resultar

limitante -señaló el experto-. Por eso,

la desprivatización de la enseñanza, por

ejemplo, en la planificación de las clases,

la observación de éstas y la evaluación

colaborativa, implica que las prácticas

de enseñanza sean compartidas. Y si son

compartidas existe un potencial beneficio

tanto para los estudiantes, como para

sus docentes, porque significa que se

aumentan las estrategias de clase y pueden

ser ajustadas a objetivos específicos

relacionados con las necesidades de

aprendizaje de los alumnos”.

1 Robinson, Viviane; Hohepa, Margie; Lloyd, Claire

(The University of Auckland). “School Leadership and

Student Outcomes: Identifying What Work and Why.

Best Evidence Synthesys Iteration [BES]”, New Zealand

Ministry of Education, 2009.

http://www.educationcounts.govt.nz/publications/

series/2515/60169/60170

Lo anterior implica un arduo trabajo. Hasta

no hace mucho y aún en numerosos países,

las salas de clase eran el único espacio

privado donde los docentes podían ejercer

su autonomía y su proceso de toma de

decisiones. “El desafío es enorme para

los directores, porque hay profesores

que pueden ver esto como una forma de

restarles autonomía. Pero no es el caso, se

trata de proveerles más información con la

que podrán tomar sus propias decisiones

autónomas acerca de lo que pueden

hacer o no en el futuro para mejorar su

desempeño”, sostuvo el académico inglés.

“Si los directores de escuela no promueven

positivamente la desprivatización de las

salas de clase, va a ser poco probable que

esto ocurra”, agregó.

Las observaciones efectuadas en las

salas de clase desprivatizadas inglesas en

relación con las actitudes y motivaciones

para aprender de los estudiantes, sus

procesos de aprendizaje y resultados,

medibles y no medibles, muestran que

existen continuas oportunidades para

mejorar. Y la evidencia internacional en

relación con procesos similares llevados a

cabo en Canadá, Estados Unidos, Australia

e incluso Hong Kong va en la misma línea.

Por ello, argumenta Christopher Day, “no

existen buenas razones para que otros

países no deban trabajar en un proceso

de desprivatización de las salas de clase”.

Revista de Educación Nº 374

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